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Cuando las clases acaban me despido de mis amigas y acompaño a Shawn a su casillero y empieza a dejar sus cosas.

— Y bueno ¿porque la rivalidad de Alison contigo?

Esa pregunta me suena mucho, si no me la han hecho veinte veces, no me la han hecho ninguna.

— Alison siempre quiere tener la atención de todo el mundo, entonces cuando las demás acaparamos un poco de atención se piensa que tiene que luchar por ella.

Digo riéndome ante la situación.

— Ya me he dado cuenta. Pero, no es que sea una cosa suya, es decir... -Hace una pausa- no siempre va a tener ella la atención.

Me río y a él también parece hacerle gracia.

— Díselo a ella, porque parece no entenderlo. Se piensa que nos intreponemos entre ella y los chicos y no es así, como pasó con Matt.

— ¿Matt?

Dice como que no sabe de que va la cosa.

— Mi mejor amigo.

Asiento a lo que él dice -Irónico.-

— No sabes cuanto, además si tenéis interés mutuo nunca me metería por el medio, no sé porque actúa de esa manera.

Shawn termina de dejar sus cosas y vamos a mi casillero.

— No me gusta ser prejuicioso pero parece la típica chica que intenta gustar a todos los chicos.

Le doy toda la razón, porque yo también lo pienso así.

— No me gusta ese tipo de chicas, aunque no puedo juzgarla tan pronto.

Incluso en la ausencia de Alison intenta decir las cosas que piensa de forma dulce y eso me parece tan considerado...

— Sal con ella algún día y lo compruebas.

— ¡No!

Dice rápidamente y me río.

— ¿Porque?

— ¡No llevo ni un día entero aquí y ya me queréis emparejar!

Suelta una carcajada y me doy cuenta de la locura que le acabo de proponer.

Una vez llegamos a la salida se para a mi lado.

— ¿Te doy mi teléfono y me avisas cuando vayamos a visitar la ciudad?

— De acuerdo.

Nos intercambiamos los teléfonos y me dirijo al bus de la escuela el cual me lleva a casa minutos después.

Al llegar a casa dejo la mochila en el recibidor y me tiro en el sofá cual saco de patatas.

— ¡Hola!

Dice mi madre entrando de la cocina al salón y yo le contesto con una sonrisa.

— Veo que estas cansada, deberías dormir un poco.

Dice sentándose en el otro sofá que esta junto al que estoy yo.

— No puedo.

Le respondo frotándome los ojos.

— ¿Porqué?

Me cubre con una fina manta.

— Porque tengo que enseñarle la ciudad al chico de intercambio de mi instituto.

— ¿Y no lo puede hacer otra persona?

En ese momento Alison desfils por mi mente y una risa escapa por mis labios.

— No, la señorita Lane me lo ha asignado a mi.

-Pues voy a hacerte algo de comer por lo menos.

"You've got a new message"

— ¿Sigue en pie el paseo no?

Sí, como algo y voy a recogerte a tu casa, por cierto. ¿Cual es tu dirección?

— Vivo en la calle Madelin street número 8.

Estaba a solo dos casas de distancia de la mía, en la casa de la señora Owens, si bien recuerdo.

— Vale, enseguida voy.

Mi madre me hace un sándwich y me lo como mientras charlo con ella durante un rato.

Cuando termino me lavo los dientes y dirigiéndome a la salida cojo el abrigo y las llaves seguido de un sonoro -Adiós- que le dedico a mi madre y cierro la puerta detrás de mi.

Ando por la acera hasta llegar a la casa en la que supuestamente se alojaba Shawn, arrastro los pies sin mucho entusiasmo hasta pararme en frente de la puerta de la casa y seguidamente doy tres toques a la puerta de madera.

Abre la señora Owens tal como la recordaba, con su característico pelo color platino recogido en un topo bajo y sus ojos de un azul claro casi gris.

Le sonrío cuando me divisa y ella me reconoce al instante.

— ¡Hola Leah! ¡Que mayor estás!

Asiento tímida.

— Vendrás a buscar a Shawn ¿No es así?

— Sí, vamos a ver la ciudad.

Ella asiente un par de veces y se gira hacía el interior de la casa.

— ¡Shawn han venido a buscarte!

Shawn baja por las escaleras con esa amplia sonrisa que parece que sea permanente.

— Bueno señora Owens volveré lo más pronto posible.

Dice colocándose el abrigo.

— No tengas prisa muchacho y llámame Abby por favor.

— Vale, adiós Abby.

Dice saliendo por la puerta colocándose a mi lado para que después ambos empecemos a andar hacía la parada del bus que esta a unos metros de aquí.

Estaba un poco nerviosa, se que conocía muy poco a Shawn por eso mismo en ocasiones así no sabía muy bien de que hablarle.

No iba a entablar la típica conversación de que frío hace o vaya mira dicen que va a salir el sol, así que opte por no hablar.

Cuando llegamos a la parada del bus el habló finalmente rompiendo el denso hielo que se había formado de camino aquí.

— ¿Donde iremos primero?

Nos sentamos en la parada del bus.

— Primero iremos al centro, te enseñare un par de lugares a los que suelo ir con mis amigas, para tomar algo o simplente pasar el rato y después ya te llevaré un poco por sitios mas antiguos y cosas así.

— Yo no tengo billete de bus.

Dice como si fuese un gran problema y yo le sonrío.

— Utilizaremos el mío, no te preocupes.

Me sonríe y llega el bus, pago nuestros viajes con el pase y nos sentamos en unos asientos.

Él mira por la ventana mientras nos dirigimos al centro, está guapísimo así de concentrado.

Parecía analizar cada una de las cosas del paisaje con esos grandes ojos pardos y yo me paré a pensar que quizás se estaba dando cuenta de que le estaba mirando así que aparté la mirada hacía otro lado durante el resto del trayecto.

Casa de la señora Abby Owens donde Shawn se hospeda en la multimedia.

"El chico de intercambio" Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora