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-Narra Shawn-

Cuando fui a verla ayer se la llevaron ante mis ojos y no supe como reaccionar.

Estuvieron haciéndole pruebas durante mucho tiempo y empecé a preocuparme.

Pensé en si era algo grave y por eso estaban tardando tanto.

En si quizás tenia daños internos que no se podían curar y todo tipo de pensamientos negativos que me hundían poco a poco.

Mis padres hablaron con los padres de Leah, estaban muy preocupados por ella.

Esta vez me dirijo a la habitación mucho más nervioso de lo normal ya que se que Leah esta despierta.  

Llamo a la puerta la cual está cerrada y su padre me abre.

Nuestros ojos conectan en el instante en el que entro en la habitación.

-Os dejo solos.

Dice John saliendo de la habitación.

-Hola.

Digo susurrando mientras me acerco a ella poco a poco.

Dejo las muletas a un lado y me apoyo en la cama para poder quedarme de pie.

Ella sonríe y me inclino para darle un pequeño beso en los labios.

La he echado tanto de menos.

Me siento en una silla que hay a un lado de la cama.

-¿Como estas?

Le cojo de la mano delicadamente ya que lleva bastantes cables conectados a esta.

-Bien, mejor ahora que estás aquí.

Dice y sonrío ampliamente.

-Te he echado tanto de menos.

Digo y me tiemblan los labios a la vez que pronuncio las palabras.

-Y yo a ti Shawn.

Al segundo seca una lagrima que se desliza por mi mejilla.

-¿Tu como estas?

Le miro a los ojos.

-Bien, me dan el alta el jueves.

Ella sonríe de nuevo y me acaricia la mejilla.

-Cuanto me alegro Shawn, ¿Que te has hecho?

-Tengo una pequeña fractura en el fémur y otra en el radio.

-Oh dios mio, ¿Te dolió mucho?

Dice y me río ya que me parece irónico que ella me pregunte eso cuando ha estado tantos días inconsciente.

Seguramente ella lo haya pasado mas mal que yo con estas simples roturas de huesos.

Niego con la cabeza y ella sonríe.

-¿Tu que te has hecho?

Le acaricio la mejilla.

-Me he roto el peroné, pero aun no me han dado los demás resultados.

Le cuento que los profesores y nuestros compañeros han hablado con nuestros padres.

Que les han explicado el tema de las recuperaciones y la vuelta a las clases.

Ella me dice que tiene miedo, que tiene miedo a tener algo grave y no salir del hospital en mucho tiempo.

Yo intento tranquilizarla diciéndole que seguro que no tiene nada y de verdad espero que sea así.

Estamos hablando tanto que he perdido la noción del tiempo ya que cuando menos me lo espero mi padre asoma por la puerta para avisarme de que ya me han traído la cena.

Después de cenar decido no ir de nuevo a la habitación ya que sus padres también querrán pasar tiempo con ella.

Los siguientes días voy a verla por la mañana y por la tarde ya que sus padres han empezado a trabajar en turnos conjuntos. Por lo tanto se les hace más difícil venir con ella.

Los resultados son leves.

Daños internos pequeños que se irán regenerando poco a poco junto con la rotura de peroné.

Le comentan que va a estar un par de semanas más ingresada para así tenerla más controlada por si hay altibajos ya que es muy reciente el accidente junto con el tiempo que ha estado inconsciente.

El jueves al medio día mi me dan y no me quiero imaginar el caos que me va a suponer volver a las clases sin Leah.

Me despido de ella en cuanto el medico le da los papeles del alta a mi padre.

-Voy a venir a verte todos los días, ¿Vale?

Ella asiente y le doy un beso en los labios.

Me despido de sus padres también y salimos del hospital.

Estoy siete días sin salir de esa pequeña habitación de hospital y las ganas que tenía de salir son descomunales.

Cuando llego a casa mi hermana me recibe con un gran abrazo y le pregunto sobre como le ha ido el instituto.

Nada más entrar al salón suena el teléfono y me doy cuenta de que son mis abuelos.

Hablo con ellos y me preguntan que como estoy.

Terminamos de hablar y nos ponemos a ver películas el resto de la tarde.

Mi madre da un rito avisando que la cena esta lista, ha hecho mi plato favorito lo que me hace muy feliz.

Charlamos sobre miles de cosas mientras cenamos.

He echado de menos todo esto, cenar en familia y las chorradas de la monotonía que no tenemos en cuenta muchas veces.

Al terminar me doy una ducha con la ayuda de mi madre, ya que ducharse con un brazo y un pie escayolado no es para nada sencillo.

Veo un par de capítulos de The vampire diaries y caigo rendido.

A la mañana siguiente cuando me suena la la alarma, solo tengo ganas de meter mi cabeza en un hoyo y dormir.

Me levanto a desgana y bajo a la cocina donde mi madre ya me ha preparado el desayuno.

Aaliyah me baja la ropa al salón para facilitarme el hecho de no tener que subir y bajar otra vez.

Me visto y me aseo antes de salir a toda prisa por la puerta.

Llegamos cinco minutos tarde al instituto.

Al entrar a la clase todos se me quedan mirando con cara de pena, cosa que no me gusta nada.

Me siento al lado de Nash quien me sonríe pero no dice palabra ya que estamos en medio de una clase.

La mañana pasa rápida, los de mi clase me hacen preguntas cortas sobre lo pasado y me preguntan si estoy bien.

Entiendo que ellos me pregunten ya que la mayoría de ellos son mis amigos.

Pero es agobiante el echo que el resto del instituto me pregunte cada dos pasos por el pasillo.

¿Que te ha pasado?

¿Te han atropellado?

¿Estabas con Leah?

¿Habéis vuelto?

Miles de preguntas que a nadie le incumben y que todo el mundo quiere saber solo para pasarlo de persona  a persona.

Y me frustra no tener aquí a Leah conmigo para afrontar esto juntos.






"El chico de intercambio" Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora