-Narra Leah-
Escucho unos ruido detrás de mi ventana y después tres toques.
Intento ignorarlo ya que pienso que pueden ser alucinaciones por la fiebre y demás.
Pero después escucho como mi ventana se abre, me da miedo mirar quién entra por ahí ya que puede que esté entrando a robar o quizás me quieren matar.
Me giro con miedo y veo que es Shawn.
Me ha pillado in fraganti aquí llorando y no quiero que piense que estoy mal aunque lo esté.
-¿Que haces aquí?
Le pregunto limpiándome los ojos con las mangas de mi camiseta.
-Te he traído los deberes.
Dice mientras se sienta en el borde de la cama.
-¿Estas bien?
Vuelve a hablar y me entrega los deberes, junto con un paquete de Oreos.
Se me escapa una pequeña sonrisa ante aquel gesto tan dulce y me parece tierno que se acuerde de que me gustan las galletas.
-Gracias.
Digo mirándole por un segundo y después aparto la mirada rápidamente.
-¿Estas bien Leah?
Repite de nievo obligándome a contestarle.
Le miro de nuevo esta vez durante unos minutos, pensando en si mentirle o en ser totalmente honesta con el.
Al final decido decirle la verdad y niego con la cabeza haciéndole saber que no estoy bien.
-¿Que pasa?
Dice sentándose un poco más cerca de mi.
-Todo va mal, tengo mucha presión en el instituto y no quiero volver.
Ni siquiera le miro mientras digo todo esto, no quiero ver su reacción.
-¿Tienes problemas en el instituto?
Niego con la cabeza y seguidamente digo:
-Solo es que odio ir y tener que ver a la misma gente todos los días.
Alzo un poco la mirada y veo como Shawn me mira con preocupación.
-A mi me gusta la clase de Matemáticas en la que intento hablar contigo pero nunca se me ocurre nada que decir.
Dice y se ríe, se que está intentando animarme al decir esas cosas. Pero en realidad lo único que consigue es hacerme sentir peor sobre nuestra situación
-Estás triste y me gustaría saber porque.
Dice de forma dulce mientras su sonrisa se desvanece,
Me siento imbécil al tenerlo aquí conmigo y no de la manera en que yo quiero.
La impotencia se adueña de mi cuerpo y no puedo contener más las ganas de decirle el porqué.
Quiero que aparte sus ojos de mi ya que me están presionando cada vez más.
-¿De verdad quieres que sea sincera?
Digo y el asiente en parte asustado.
-Pues hay muchas cosas que influyen, como el instituto y demás, pero lo principal es esto.
Hago un gesto entre ambos.
Me mira a los ojos y me doy cuenta de que le brillan de manera peculiar.
Pero no se descifrar a que se debe ese brillo.
Abre la boca para hablar pero al instante le suela el teléfono, lo mira y vuelve la mirada hacia mi.
-Es Aaliyah.
Dice.
-Cógelo.
Le digo a lo que se levanta y coge el teléfono.
Habla unos minutos con ella y luego se acerca a mi de nuevo.
-Tengo que irme, pero ¿hablamos esta noche?
Asiento y el me abraza con fuerza lo que me reconforta.
-Te he echado de menos.
Susurra en mi oído y cuando se separa de mi veo su preciosa sonrisa.
-Y yo.
Musito y el sale por mi ventana a toda prisa olvidándose por completo de su mochila.
La tiene abierta y tirada en el suelo, le recojo los libros que se han salido de esta y veo la nota en la que hablamos en Matemáticas hace ya unos días.
Me pregunto por que la habrá guardado todo este tiempo pero le quito importancia, no estoy para hacerme ilusiones.
Me doy una ducha con las esperanzas de despejarme un poco, luego me seco el pelo, me lavo los dientes y me peino.
Salgo a mi habitación y me visto poniéndome una sudadera básica gris junto con unos pantalones de chándal negros.
Me siento un poco mejor, aunque no totalmente recuperada.
Bajo a la cocina a tomarme la medicina y me bebo un zumo.
De vuelta a mi habitación decido ponerme a leer el libro optativo de lengua y así adelantar un poco más ya que al menos leer me gusta.
Cuando llega mi madre del trabajo sube a verme y lo primero que me dice es que hago mejor cara que ayer.
Me pregunta si quiero algo de comer y le digo que me gustaría comerme un sándwich a lo que ella me lo hace al instante.
Charlamos un poco mientras me como el sándwich y luego ella baja a hacer la cena.
Como he comido hace nada le digo a mi madre que no me apetece cenar y me quedo en mi habitación viendo los Simpson.
Ya estoy un rato viendo la televisión cuando llega Shawn entrando por la ventana como de costumbre.
Me preguntó si sabe que tengo puerta de entrada.
Se queda unos segundos mirándome mientras yo miro la televisión haciendo como que no se que me está mirando.
-¿Porque estabas triste?
Vuelve a preguntarme y en ese momento me planteo el echo de que me esté tomando el pelo.
Sabe perfectamente porque estoy triste, se lo he dicho hace unas horas y no tiene tan mala memoria.
-Pues que no quiero ser tu amiga Shawn.
Digo cansada de estos juegecitos de no se a que te refieres cuando el sabe perfectamente a que me refiero.
-Yo tampoco.
Dice serio a lo que empiezo a sentirme estúpida.
Con las facciones de la cara de Shawn empiezo a dudar si el lo dice de broma o en el sentido en el que yo lo he dicho.
Me mira a los ojos y se da cuenta de que estoy teniendo una batalla interna.
Desliza un mechón de mi pelo detrás de la oreja y me acaricia la mejilla después.
Sus ojos están clavados en los míos.
Y entonces me abraza.
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"El chico de intercambio" Shawn Mendes
FanfictionEmpieza a leer y descubre la historia de Leah una chica con una vida absolutamente normal la cual se ve afectada con la aparición del simpático chico de intercambio. Primera temporada. Créditos de la portada:@x07122010x TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS...