Capitulo IV

442 40 13
                                        

"¡Esquívalo, Mukuro!" Naegi grito cuando estuvo a menos de dos metros de ella, él no tenía claro que es lo que se supone que iba a hacer, pero no podía simplemente quedarse de brazos cruzados mientras veía como la rubia era ensartada por las lanzas.

La rubia reacciono con el grito del afortunado, mientras uso toda la potencia en sus piernas para saltar hacia atrás con fuerza, con un recién despertado instinto de supervivencia que tomo el control de sus acciones en un abrir y cerrar de ojos.

Le fue difícil mantener el equilibrio cuando uso todo lo que tenía para quitarse del rango de las lanzas, por lo que cayó de espaldas al piso con un ruido sordo y doloroso.

¡SPLASH!

Junko sintió como la habitación se llenaba de gritos de puro terror, y mientras sus sentidos se avivaban de nuevo, abrió los ojos para mirar una de las escenas más descorazonadoras y grotescas que hubiera visto en su vida.

.

.

.

"Ups..." Monokuma dijo asombrado mientras se tapaba su cara con las patas.

Makoto Naegi, el Estudiante Afortunado Definitivo, se encontraba en frente de ella, una expresión de puro dolor atravesaba su rostro mientras apretaba los dientes con fuerza y la sangre salía de la comisura de sus labios hasta resbalar por su barbilla.

Una lanza había atravesado su estómago.

Todas las demás estaban cerca de él, pero habían fallado.

"U-ugh..." Gimió Naegi, mientras bajaba la cabeza hacia la lanza que ahora atravesaba su cuerpo, la sangre caía por el suelo manchando el lustrado piso del gimnasio.

"¡Makoto!" Sayaka y los demás estudiantes gritaron horrorizados, pero a pesar de todo, ninguno se movió, todos en estado de shock sin poder realizar ningún tipo de acción.

"¡S-s-s-s-s-s-sangre!" Grito Toko Fukawa, mientras se tiraba de las trenzas, antes de caer inconsciente al piso, aunque a diferencia del afortunado, ella fue atajada por Mondo antes de que se diera de bruces contra el suelo.

Makoto sintió que sus piernas no podrían aguantas más su propio peso y cayo de rodillas al piso, respirando lentamente como si con cada inspiración la vida se le escapara de las manos.

Y no estaba muy lejos de la realidad.

Fue un acto improvisado, el Afortunado vio como ella había saltado hacia atrás para esquivar las lanzas, por lo que el mismo pudo haber detenido su marcha, pero no lo hizo.

No paro ya que, a pesar de que ella ya había evadido por su cuenta, aun había una lanza que seguía su recta trayectoria y aun la hubiera atravesado, por lo que Makoto con la mente nublada, sin muchas opciones pero con un objetivo claro decidió interceptarla por sí mismo.

No entendía en absoluto porque ella, estaba vestida como su hermana, pero no era importante, aun sin saberlo tenía el consuelo de estar al corriente que se encontraba bien.

Para el, quien había recuperado sus recuerdos, el costo del inmenso dolor que estaba sintiendo era minúsculo en comparación con perder a la persona que tenía en frente de él y que le miraba con susto.

"¿M-Makoto?" Ella pregunto con vacilación.

El alzo la cabeza, para mirarla, su expresión de dolor aun palpable en su rostro "N-no a-actúes de f-forma tan e-estúpida... Mukuro..."

Y sin más, el Afortunado cayó al suelo.

El sonido de Makoto impactando contra el suelo fue un despertar para la rubia, quien no perdió el tiempo para levantarse y correr a su lado, Monokuma se encontraba cerca de él, sin moverse y emitiendo estridentes sonidos de estática.

Danganronpa Re: IFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora