Capítulo XII - Parte I

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La Genocida, haciendo uso de un aura violenta descomunal se había lanzado hacia Junko, corriendo al más puro estilo ninja mientras daba un extraño grito de batalla que era una clara ejemplificación de su absoluta demencia.

Se detuvo a medio camino, levantando una nube de polvo cuando las suelas de sus zapatos derraparon por el suelo, levantando algunos escombros, no obstante aún fue impulsada hacia adelante por la velocidad que había adquirido en su pequeña carrera.

Con zarpazo rápido que Junko apenas pudo esquivar la genocida volvió a atacar de nuevo, esta vez de forma más contundente, intentando atravesar el cuerpo de la rubia con las puntas de sus tijeras.

Junko se movió hacia un lado, chasqueando la lengua cuando esquivó el ataque dirigido a ella, intentando contraatacar con una patada giratoria, que fue eludida una vez Shou se agachó, impulsándose hacia atrás para tomar distancia.

La Modelo aprovechó ese pequeño instante en el que ella estaba con la guardia baja para acercársele con rapidez y atacarle. Shou se dio cuenta rápidamente, intentando sacar una tijera de sus piernas para detenerla y herirla en el proceso.

Pero fue un esfuerzo inútil, todas gracias a que Junko propinó una patada de hacha hacia la mano de Shou, haciendo que esta soltara su arma y esta cayera al suelo. La Modelo soltó otro golpe que aterrizó directamente en la cara de la pelinegra, haciendo que esta retrocediera unos pasos por la fuerza empleada en el ataque.

Shou lentamente giró su cara para mirar a Junko, la marca del golpe que le había dado la rubia era claramente visible gracias a la piel pálida de Toko. Sin embargo lo que llamó la atención de Junko fue el hecho de que ella tenía los labios fruncidos en una ira silenciosa.

Su comportamiento juguetón había desaparecido completamente.

Fue poco el tiempo en el que ella pudo mirar a la pelinegra, ya que esta giró sobre si misma dirigiendo un golpe hacia su cara que impactó limpiamente en el rostro de Junko. La Genocida no se detuvo allí, encadenando otra serie de golpes en todas las partes de su cuerpo sin descanso.

Sus ataques eran rápidos y no daban la oportunidad a Junko de recuperarse, la rubia podía darse cuenta de que Shou no tenía mucha fuerza física, sus ataques le dolían, pero no tenían comparación con los golpes de Nidai, Akane o incluso Mukuro en el estado que se encontraba.

Sin embargo la fuerza que le faltaba la compensaba con creces con su velocidad y agilidad, dudaba que estuviera a los niveles de la Gimnasta Definitiva, pero sin duda estaba cerca de ella, lo que era decir mucho de su propia habilidad.

Para Junko era más que claro un hecho; Shou se encontraba muy agotada, no hasta el punto en el que se encontraba su hermana Mukuro, quien miraba la lucha de cerca, jadeante. Pero sus movimientos eran muchísimo más lentos que cuando había peleado con Sakura en el gimnasio.

La Modelo era capaz de notar esos pequeños detalles.

Junko a pesar de recibir entrenamiento del Entrenador Definitivo —Nekomaru Nidai— y la Gimnasta Definitiva —Akane Owari— no era rival o amenaza para alguien como Shou, Mukuro o Sakura, incluso cuando estas se encontraban agotadas como ahora mismo.

Por lo que debería buscar una forma de dejar fuera de combate a Shou...

Y tenía la manera perfecta de hacerlo, solo tenía que escapar de la lluvia de golpes y patadas que estaba recibiendo para poder llevar a cabo su magnífica e ingeniosa idea.

Junko intentó contraatacar en medio de esa lluvia de ataques, pero la Genocida fue aún más rápida que ella, pateando su pierna, haciendo que la rubia se arrodillara en el suelo, momento que usó Shou para sacar una tijera e intentar apuñalarle el cuello.

Danganronpa Re: IFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora