Mukuro caminaba junto a Makoto en silencio, quien solo miraba una estantería con libros, sin saber exactamente cual llevar, con una mano en el mentón, el meditaba sobre lo que adquiriría.
"Mukuro, ¿Te gusta leer?" Preguntó Makoto sin mirarla, concentrando su vista en las estanterías donde se catalogaban las novelas ligeras.
La pregunta la tomó por sorpresa, pero asintió lentamente. "Si."
"¿Y qué es lo que te gusta?" Preguntó de nuevo el Afortunado, ahora girando a verla, con curiosidad.
Mukuro sintió como un pequeño rubor empezaba a formarse en sus mejillas, ligeramente avergonzada de responder esa pregunta, no es que ella se avergonzase de sus gustos, en lo absoluto, no, solo que nunca antes alguien le había preguntado por algo como eso.
Ella había quedado con Makoto a visitar una librería cercana a la casa del chico, no se esperó una proposición como esta de parte del Afortunado, y la pelinegra que ese mismo día había tenido algunos problemas con su hermana decidió acompañarlo.
Mukuro había cambiado en los meses que convivio con Makoto, después de aquella extraña sesión de estudio, ella había forjado buena amistad con Komaru, con quien solía hablar con regularidad y que por alguna extraña razón que no entendía se refería a ella como "Cuñada."
Para la Mercenaria el teléfono había pasado de ser un simple adorno a ser un objeto ampliamente utilizado, aunque Makoto no solía escribir mucho ya que según él, prefería hablar siempre en persona.
Ahora ella aun sin abandonar su personalidad seria y retraída, se había vuelto más abierta con sus demás compañeros de la clase, no los ignoraba e incluso mantenía conversaciones con todos, aunque aún así se auto-excluía cuando se formaba un grupo grande.
Sin embargo, el día de hoy había sido muy diferente, Mukuro había peleado con su hermana Junko, todo producto de su plan de inundar el mundo entero de desesperación, el cual aún faltaban algunos meses antes de ser ejecutado.
Intentó hablar con ella para que se detuviera, pero desgraciadamente para la pelinegra, no pudo tumbar los argumentos de su hermana menor al ser muy mala con las palabras sumado a la personalidad dócil que tenía con Junko.
Así que cuando Makoto la invitó a una librería cercana a su casa, ella no lo pensó dos veces antes de decirle que sí, tanto por querer pasar más tiempo con el cómo porque quería distraerse de su discusión con Junko.
Fue un esfuerzo infructífero, ya que antes de siquiera intentar entablar una conversación con Makoto, se perdió en sus pensamientos sobre el problema con su hermana, por lo que no estaba muy atenta a su entorno y cuando el Afortunado preguntaba algo, ella respondía con monosílabos.
Ella no sabía bien cómo lidiar con la culpa que la corroía por dentro.
Cuestión de meses, solo cuestión de meses antes de que todo como se conozca dejara de existir, esta librería, los dependientes, la familia de Makoto, todo, todo sería consumido por la desesperación.
Ella apretó los dientes.
"Mukuro, ¿Te sientes bien?" Preguntó Makoto, mirándola directamente a los ojos y zarandeándola de forma suave, su expresión denotaban una ligera preocupación que se calmó cuando ella le devolvió la mirada.
"S-sí. Lo siento, he estado un poco distraída." Contestó ella parpadeando varias veces, Makoto sonrió al ver que se encontraba bien y ella no pudo evitar imitar su contagiosa sonrisa. "¿Qué me habías preguntado antes?"
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Danganronpa Re: IF
FanficUna clase de estudiantes es encerrada en el Instituto Kibougamine, sin recuerdos e instigados a matarse entre sí para poder salir, si uno de estos estudiantes recuperara la memoria por cuestiones del destino, ¿Podría detener el calvario que ocurrirí...