A pesar de que con el pasar de las semanas logro acostumbrarse a su nueva vida, entrar en el salón de clases aun le resultaba muy extraño a Naegi...
Y lo fue mucho más cuando volvió a su casa de visita, donde las preguntas de sus familiares y más que todo de su hermana lo abordaban intentando saber cualquier dato... No académico...
Solo habían transcurrido tres semanas, y ya había hecho buenas migas con todos, incluso con aquellos más despiadados como Togami, que si bien no le gustaba ni le gusta conversar con nadie, al menos ahora contestaba sus saludos con cortesía.
El Afortunado se encontraba sentado en el aula mirando al frente sin saber qué hacer, la clase recién había terminado y lo más interesante de ella es que todos habían asistido sin falta a pesar de que era opcional.
Los demás estudiantes se encontraban en sus propios asuntos, mientras Makoto barajo la idea de si salir o no del aula hacia el gran campus, en busca de conocer a nuevas personas.
Esto ya que no había conocido a mucha gente fuera de la clase 78, por lo que era una buena idea hacerlo con la cantidad de personas interesantes y únicas en la Academia.
"¡Señoras y señores! ¡Les traigo un poco de manjar de los dioses!" Hina anuncio, llamando la atención de Makoto mientras sacaba dos cajas de donuts y colocaba una en su pupitre y otra en el de Maizono. "¡Una para ustedes, otra para mí!"
Taka fue el primero en hablar. "¡Asahina, está prohibido comer en el salón de clase!" Exclamo el con enojo por el incumplimiento de las reglas.
Un poco alejados de allí se encontraba Celestia conversando con Junko, quien al escuchar el ensordecedor grito del Delegado, entro en su personalidad enojada, girándose para apuntarle con su dedo.
"¡Cállate la boca, maldito gritón!" Le grito ella misma, antes de que su cara volviera a ser una angelical sonrisa y girara de nuevo para seguir hablando con la Apostadora.
Taka retrocedió con asombro. "¿M-maldito?" Repitió el con incredulidad, mientras ya se preparaba mental mente para abordar a Junko con una conferencia debido a su malsonante lenguaje.
Pero fue interrumpido por Kirigiri, quien le lanzo una mirada enojada, haciendo que se detuviera para voltear a verla.
"No deberías gritar en el salón de clase, es contra las reglas." Fue lo único que ella le dijo.
Taka retrocedió cuando la verdad de sus palabras le golpearon en la cara, prefiriendo quedarse callado cerca de Sakura y obviar el hecho de que Hina se encontraba devorando donas.
Sayaka ladeo la cabeza con confusión, pero sonrió al ver la escena que acababa de ocurrir con el Delegado, mientras comenzaba a abrir la caja dada por la Nadadora para compartirla con cualquiera de la clase que quisiera una.
Makoto se había levantado con la intención de pedir una, pero antes de que pudiera extender su mano, Hagakure se alzó de su asiento con una expresión que daba a entender que había tenido una especie de epifanía.
"¡Chicos...!" Empezó el Vidente.
Pero fue interrumpido por Leon. "Hombre, no me digas que es otra de tus predicciones maestras."
El aludido solo sonrió. "¡No necesitas alabarme tanto!" Exclamo el, sin entender el doble significado de las palabras del beisbolista, pero luego rebusco en sus bolsillos y saco un teléfono. "¿Por qué no nos tomamos una foto? Ya saben, para tener un recuerdo y todo."
Eso llamo la atención de más de uno de los estudiantes, quienes se miraron las caras y asintieron con emoción.
"¡Me apunto!" Grito Leon alzando una mano. "¡Pero tienes que enviárnosla después!"
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Danganronpa Re: IF
FanfictionUna clase de estudiantes es encerrada en el Instituto Kibougamine, sin recuerdos e instigados a matarse entre sí para poder salir, si uno de estos estudiantes recuperara la memoria por cuestiones del destino, ¿Podría detener el calvario que ocurrirí...