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Te encontré en París, tomando un café cerca de la plaza del Trocadero.

Claro que eras tú, nunca dejaba de imaginar cómo te verías con el paso de los años.

Tenías los mismos ojos negros que me atraparon en nuestro primer encuentro.

Me senté en la misma mesa que tú, no notaste mi presencia hasta que empecé a hablar en francés. Tú lo dominabas de maravilla desde que éramos pequeños y yo era feliz escuchando muchas palabras que no entendía.

Pero siempre hubo una frase que se grabó en mi mente.
"Je suis le Petit Prince et tu es ma rose.  J'explorerai l'univers, mais je penserai toujours à vous."

Era muy pequeña, no entendía que tratabas de decirme.

Parecía que aún no me reconocías, en tu mente me tenías en memorias pero no identificabas quien era.

Dije la frase y te pregunte
"Avez-vous fini d'explorer l'univers?"

En tu cara note como todos los recuerdos e historias volvían a tu mente.
Dejaste tu libro a un lado y me respondiste...
"Visite muchos planetas, conocí muchas flores. Pero siempre quise volver con mi rosa"

Sonreí. Mi corazón sentía paz.

Le respondí "Tu rosa seguirá esperando hasta que vuelvas a su planeta"

Me paré del asiento y me fui.

La rosa espero y espero, el Principito nunca regresó; pero no, a la rosa no le fallo. El universo sentía envidia de su amor, y como no pudo tener a la rosa, a su amado eliminó.

La rosa murió ahogada por su propio dolor, y en otro universo con el Principito se encontró.

- C. G. M.

Pensamientos a la 1:00 a.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora