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Dicen que en el amor y en la guerra todo vale; pero todo se complica cuando ambos se unen. El amor no es una batalla emocional entre dos personas, es una lucha por cuidar los sentimientos del otro.

Cuando se inicia una relación, las expectativas no siempre están claras. A veces los sentimientos cambian, el amor varía y el afecto se transforma. Cuando estos sentimientos divergen considerablemente, es importante intervenir; aunque sea difícil, es importante ser claro para no herir a la otra persona.

Ninguna persona es más importante que la otra en una relación, por lo tanto, ambas emociones deben ser igualmente relevantes; validar las emociones del otro significa encontrar un equilibrio de valor para ambos.

La suposición de que una relación no es todo pasión y romance es inherente; huir al primer indicio de conflicto impide una interacción profunda y la comprensión de realidades distintas a la nuestra.

Las emociones escapan a la reflexión racional; tratar de encontrar el equilibrio entre el corazón y la razón es a menudo tortuoso, pero tiene sus recompensas. Conocemos a muchas personas, pero no entendemos a casi ninguna; de ahí la importancia de intentarlo cuando una conexión se siente real.

-H. S. K

Pensamientos a la 1:00 a.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora