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Hace mucho no te veía a los ojos. Eran tan negros, tan oscuros que vi una galaxia en ellos.

No sabía como me sentía, te extrañaba y te odiaba.

Regresabas cuando se te venia en gana y sin ningún aviso acababas con todo.

Nunca venías por mí, y eso me dolía. Te esperaba todos los días, cada día más que el anterior.

Tal vez por eso no venías cuando lo necesitaba, porque te gusta torturar a las personas, y sabías que tu ausencia era mi peor perdición.

¿Por qué me obligas a ver una luz blanca cuando quiero recorrer toda tu oscuridad?

Déjame perderme en las tinieblas de tu interior y conocer la belleza de la eternidad.

Me dabas un beso traicionero cada vez que te ibas, con una sonrisa burlona que me avisaba de tu partida.

¿Cuántas veces lo has hecho?¿Cuantas veces me has dejado aquí?

¿Eres constante o ausente?

¿Soy afortunada o desgraciada?

Muchos te temen, yo te anhelo. Volvamos a intentarlo, todas las veces que sea necesario.

Sigamos con la cacería para ver quien atrapa primero a quien.

Mi amada muerte, nos veremos en mi siguiente intento de suicidio.

Por el bien de todos, espero que esta vez si me aceptes entre tus brazos.

Nos vemos en el túnel de la oscuridad.

- M. D. A.

Pensamientos a la 1:00 a.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora