Al principio no quería aceptar la realidad. Me repetía esa trágica noticia una y otra vez pero me parecía un sueño, me sentía fuera de mí.
Como mecanismo de defensa, la negación se apoderó de mí y trate de dar explicaciones hasta irreales pero que le ayudarán a mi corazón a no sufrir.
Te veía a donde quiera que iba, pero no eras tú. Nunca eras tú, porque tú ya no estabas pero te seguía viendo.
Mi mente apuñalaba a mi corazón como castigo a mis pecados pasados.
Nunca te pedí perdón por fallarte y ahora sufría las consecuencias de alejarme de ti.Así pasaron las estaciones y ya estaba acostumbrada a tu falsa presencia hasta que en un momento de debilidad suplique tu perdón, y me lo diste.
Entre sueños me diste paz y de tu mano acepte mi realidad.
Sigo arrepintiéndome de no disfrutar contigo mientras estabas con vida y ahora, con la locura que le caracteriza al humano, le lloro a un cajón por errores mortales y dolores pasajeros.
Mi corazón te dejó ir y tu alma me dio perdón. Nos liberamos mutuamente.
- E.
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Pensamientos a la 1:00 a.m.
Short StoryA veces... Las verdades de la madrugada son las más fuertes... Pero quien dice que no son las que más alivian.