A veces los sueños sin sentido son los que expresan más verdades ocultas del corazón.
Te vi en mis sueños. Yo era un ángel, y tú un demonio.
No me sentía yo, tanto blanco y tanta pureza no eran propias de mí.
Estaba con quienes se suponían eran mis amigos y compañeros de paraíso; pero no sentía que pertenecía a ese lugar al que tantos quieren llegar.
Caminando por los campos vacíos llegaste tú a alterar toda la paz que había. Me tomaste de la mano y me guiaste por un camino que no recordaba, pero que se me hacia familiar.
Llegamos al infierno, donde vi toda clase de cosas que a más de uno le hubieran revuelto el estómago. Pero cuando yo entre, jamás había sentido una bienvenida tan cálida.
Encontré a mis verdaderos amigos, mis verdaderos recuerdos y mi verdadero ser.
Entendí que era un diablo disfrazado de ángel intentando ser quien no era.
Que me llevarás contigo fue mi rescate, y nuestro amor no era prohibido. No éramos lo que los demás veían. Había un demonio bajo esas telas blancas intentando ser un ángel y un demonio que solo quería recuperar a su amada; un ser tan bueno que debió ir al cielo en lugar de ella.
Mi lindo demonio, que me mostró mi verdadero ser. Te agradezco que me hayas rescatado de ese lugar para traerme de nuevo a mi verdadero hogar.
- C. G. M.
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Pensamientos a la 1:00 a.m.
Short StoryA veces... Las verdades de la madrugada son las más fuertes... Pero quien dice que no son las que más alivian.