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Siempre había creído que el blanco y el negro se completaban en lugar de contrastarse. Tenía la leve esperanza de que ese fuera nuestro caso, y que tu infierno fuera apaciguado por mi cielo, y que mis Ángeles fueran corrompidos por tus demonios. Quería que nuestras diferencias nos unieran en lugar de alejarnos.

Pero claro, mi inocencia contrastaba con su oscuridad; y antes de darnos cuenta nos necesitábamos mutuamente.

Porque yo no podía brillar sin su oscuridad, y él no pensaba avanzar sin mi insistencia.

Lo obligue a pensar en el futuro, y él me hizo enfocarme en el presente. Él siempre estresado, y yo siempre ansiosa.

Fue difícil pensar en separarnos, pero eventualmente iba a pasar. No conocía todo su pasado y el no entendía toda mi esperanza; yo vivía en las nubes y él seguía encadenado al suelo, y yo no podía cargarlo, y él tampoco podía amarrarme.

Éramos dos flechas en direcciones opuestas, unidas por una cuerda; que cuando llegaba a su límite se iba a tensar y nos haría retroceder una y otra vez. Teníamos que cortarla o jamás seríamos libres.

Pero... ¿En serio quería ser libre?
¿Queria ser libre si no tenía su sonrisa melancólica?
¿Queria ser libre sin el brillo en sus ojos cuando algo bueno pasará, por más mínimo que fuera?
¿Queria ser libre sin esos momentos donde se aferraba a mí con fuerza porque lo habíamos jurado?
¿Era, estar sin él, ser libre?

Contra todo, ángeles y demonios, luz y oscuridad, bien y mal. Porque lo amaba, y eso lo valía todo.

-K. H. S.

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⏰ Última actualización: Jun 02 ⏰

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Pensamientos a la 1:00 a.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora