A veces estar en el mismo barco no significa llegar al mismo destino. Si no estuviera sola, si no te conociera, quizás me rendiría; perdida en el mar, siendo arrastrada por las finas cabrillas.
Estoy perdiendo la cabeza, mis sentidos me confunden y me marean. Me despierto al filo del amanecer con la pesadez en los ojos por los incontables días sin dormir sin razón. El corazón que sufrió por ti ya no siente dolor ni felicidad, se bajó del barco.
Creí que eras mi faro y te convertiste en mi iceberg; me ayudaste a atravesar las olas pero me llevaste a las rocas para impactar con el abismo.
El mar une tierras, el mar conecta pueblos, el mar vive. Pero el mar nos separo, el mar nos alejo, y en el mar se quedo toda aquella hermosa historia que atravesó los hemisferios. Se hundió lentamente; por haber retado a la suerte, la vida nos prohibió.
El agua salada hace que mis heridas ardan y enjuagan mis lágrimas y las congelan en perlas que se hunden.
El barco perdió más que su estructura, que su motor y su combustible; no llegar juntos significo seguir sin ruta, y no poder arribar en ningún puerto hasta recuperarse por completo. No debía dañar a ningún puerto, y aunque quise descargar muchas veces, pude mantenerme firme.
- H. S. K.
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Pensamientos a la 1:00 a.m.
Truyện NgắnA veces... Las verdades de la madrugada son las más fuertes... Pero quien dice que no son las que más alivian.