🍁 CHAPTER THIRTEEN 🍁

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"No puedo, no puedo... No, si puedo enamorarme"


—¡Maldición Naomy llegaré tarde!. —gruñi colocando el celular sobre el tocador para verme en el espejo por última vez.
Observe la imagen de Naomy reírse mientras se sentaba en el sofa de su sala a esperar sus invitados.

—¿Y tú nana?. —pregunto con tranquilidad.

—Se marchó hace como una hora. —respondi tocando mi cabello. Estaba bien. —¿Que color uso en los labios?.

—Rojo no. —se apresuro a decir. —Tus labios ya son grandes, además es navidad, no queremos que seas como otra Kylie Jenner. —asenti mientras tomaba un brillo transparente y lo colocaba con rapidez.

—¿Cómo estoy?. —pregunte una vez que termine con una sonrisa. —¿Exagere?.

—¡Para nada!. ¡Te vez hermosa!. —mi amiga y yo chillamos al mismo tiempo mientras sonreímos de oreja a oreja. —Suerte.

—Gracias. —le sonreí de nuevo. —Ahora voy a dejarte o de verdad se me hará tarde.

—No te emborraches sin mi, y si lo haces, que el niño bonito lo haga contigo. —bromeo moviendo su dedo índice. —¡Te amo!. —lanzo un beso a la pantalla del teléfono.

—¡Te amo al doble!. —repeti su gesto y colgué la videollamada por la que nos habíamos estado comunicando al rededor de varias horas.

Esto de hacer una videollamada cuando teníamos algo importante que hacer y no estábamos juntas era como una tradición entre ambas.

Guarde el celular en mi bolso y salí de la casa lo más de prisa que pude hacia la casa de los Mendes. Mierda. Si llegaba tarde Shawn en verdad iba a comerme viva, y no importaba si tenía todo un pavo para el solo.
Sonreía como una verdadera idiota mientras conducía, en verdad estaba emocionada y nerviosa, la noche anterior apenas pude dormir de tantos escenarios que llegue a imaginar sobre esta noche.

Si, estaba algo safada.

La casa de Shawn tenía el jardín iluminado al igual que la entrada, algo tan navideño y hogareño a la vez. Apuesto a que mamá lo hubiera hecho igual.
Baje del auto cargando el postre que Nana me había ayudado a hacer y con mi bolso. Solo era cuestión de que mi torpeza no apareciera del trayecto a la puerta y en el peor de los casos mi tacón se doblara, cayera al suelo y hechara a perder el postre junto a mi atuendo y peinado que tanto me habían costado.
Demasiada imaginación.

Simply Him /S.M/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora