Shawn siempre se caracterizo por ser el chico simple y no solo de la clase, de toda la escuela.
El callado, el sin amigos, el dedicado, el patito feo, el nerd, el tartamudo, el juego favorito de los populares del equipo de preparatoria, el debilucho...
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"18"
Con todas las cosas que habían pasado desde el baile de primavera, me olvidaba de muchas. Abril había llegado tan pronto como cae un rayo sobre una antena de televisión o como el mejor auto de carreras se queda sin combustible y no puede llegar a la meta. Y con ello mi cumpleaños.
Mis 18 años, si alguien me hubiese dicho que ese día llegaría, nunca lo hubiera creído. Cuando era pequeña anhelaba ser mayor y ahora que finalmente lo soy, solo quiero regresar el tiempo. Los exámenes de admisión de las universidades y la espera de respuesta de aceptación, nos tenían a todos de cabeza. Hace unos meses tenía el plan de ir a estudiar a los Estados Unidos, Boston para ser exacta. Pero ahora todo había cambiado, Shawn tenía el plan de ir a la universidad estatal de Toronto y yo quería estar con el. Así que ambos aplicamos para ella.
Aunque no deje de lado Harvard, Cambridge, oh la universidad en Seattle. Estaba más que decidida el estudiar literatura inglesa, eso me ayudaría a mi carrera en la escritura, y tal vez después viajar a Londres para formarla mejor.
Por suerte para mí, era domingo, soleado y caluroso. Habíamos planeado ir a uno de los hoteles de mi padre a festejar mi cumpleaños.
Me levanté de la cama con pereza, por suerte nana había alistado mi bolso con todas mis cosas para el día de hoy, ayer por la noche. Baje las escaleras aún tallando mis ojos y me dirigí a la cocina. Había un pequeño pastel de chocolate con una nota sobre éste.
¡Felicidades cariño!.
Feliz cumpleaños, lamento no estar ahí contigo, pero te amo. Disfruta de tu tarta. Te amo. Nana.
Sonreí arrojando la nota sobre la isla, tome un bocado del pastel y lo disfruté tanto como pude. Cuando salí de la cocina, escuché la voz de mi padre llamarme desde la sala. Estaba sentado sobre el sofa más grande de todos con una sonrisa y su traje puesto.
—Buenos días cariño. —se levantó del sofá con una sonrisa.
—¡Hola!. —respondi caminando hacia el con mi mano en el aire.
—Feliz cumpleaños, cariño. —susurro estrechandome en sus brazos. No supe responder al principio pero finalmente sonreí y me separé de él. —¿Que harás hoy?.
—Ah, iré con unos amigos a la piscina del hotel del centro. —explique enredando mis manos. —¿Te molesta?.
Negó con la cabeza. —No está bien, no dudes en decirme si necesitas algo. —pidio en tono suave.
