Shawn siempre se caracterizo por ser el chico simple y no solo de la clase, de toda la escuela.
El callado, el sin amigos, el dedicado, el patito feo, el nerd, el tartamudo, el juego favorito de los populares del equipo de preparatoria, el debilucho...
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✿ No sé cómo y en qué momento, pero lo quiero ✿
Al día siguiente de aquella pelea con Shawn me debati por varias horas en la madrugada si de verdad quería ir a la escuela.
Al final decidí que si, sería una cobarde y tonta si lo evadiera, era solo Shawn Mendes.
Cuando baje directo a la cocina papá se encontraba sobre la isla tomando su café, no había rastro de Nana por ningún lado. ¿Acaso había despertado más temprano de lo normal?. —Buenos días cielo. —oh y al parecer de está de buen humor.
—Hola papá. —salude tomando una manzana del frutero. —¿Que hora es?. —pregunte con el ceño fruncido.
—Las ocho. —respondio mientras observaba el reloj en su muñeca.
Entonces no era tan temprano. —¿Dónde esta Nana?.
—Me pidió permiso para llegar más tarde y me he quedado dormido así que pensé en desayunar aquí. —se encogió de hombros. —¿A qué hora entras a la escuela?. Era increíble. Ni si quiera sabía la hora a la que entraba a la escuela.
—Ocho, treinta. —respondi secamente. —Tengo que irme ya.
—Te llevo. —anuncio levantándose.
—¡No, no!. —lo detuve riendo. —Voy en mi auto no te apures. —le sonrei y me di media vuelta pero inmediatamente me arrepentí y me gire de nuevo. —De hecho papá. —lo llame.
—¿Si?.
—Bueno, la madre de un amigo me ha invitado a pasar la navidad con ellos este año y...
—¿No la pasarás en casa de Naomy?. —fruncio el ceño. —¿O aquí?.
—La familia de Naomy viene está navidad, no quiero ser una molestia y bueno, tampoco quiero pasarlo sola. —ladee la cabeza. —Ya no papá. —suspire negando.
—Esta bien. —me regalo una sonrisa, que salió más como una mueca. —Adios, cuídate.
—¡Adiós papá!. —grite saliendo de la cocina.
Esa mañana también pase a recoger a Nora y Naomy. Apenas y nos dió tiempo de llegar a la primera clase.
Tal como lo imaginé en el salón se encontraba aquel chico al fondo con la mirada fija en su libro. Orgullo y prejuicio, joder hoy en día si que era raro ver a chicos que leyeran aquellas obras tan clásicas, románticas y originales. Si esa era su manera de perdir disculpas lo estaba logrando.