Shawn siempre se caracterizo por ser el chico simple y no solo de la clase, de toda la escuela.
El callado, el sin amigos, el dedicado, el patito feo, el nerd, el tartamudo, el juego favorito de los populares del equipo de preparatoria, el debilucho...
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"El me hacía Feliz"
Los siguientes días pasaron tan rápidos que apenas y pude contarlos, las cosas habían cambiado y mucho. Supongo que era para bien, aunque más para el de Shawn que para mí. Ahora todas las chicas de la escuela estaban interesadas en mi novio y aunque a él eso no le interesará en lo más mínimo, aquello me hacía sentir insegura algunas veces.
En tan solo dos semanas luego de haber regresado de vacaciones se convirtió en la sensación para el equipo de futbol americano. Resultó que tenía talento para eso. Luego, comenzaron a molestarlo dejando notas en su casillero diciendo lo guapo e inteligente que era. Eso solo empeoraba mis celos.
Había formado su grupo de amigos, aunque en realidad solo se trataba de Nick y otros tres chicos. No era tan malo después de todo, pues apenas Shawn comenzó a liarse un poco más con ellos, los abusos hacia chicos nuevos o "nerds", bajaron drásticamente.
El día del baile de primavera era tan esperado por todos y por fin había llegado, aunque para mí y Stacy fue cansado, sabíamos que ambas lo disfrutaríamos como nunca esa noche.
Cuando salimos de clases y después de dejar a Naomy en casa, Shawn y yo nos dirigimos a la mía. Nana nos recibió con una sonrisa y una bandeja de muffins, también había olvidado mencionar que ahora Shawn era el consentido de Nana, apenas lo veía llegar a la casa y se apresuraba a prepararle algo delicioso para comer.
—¿Te parece si mientras te duchas y te arreglas hago tu tarea de matemáticas?. —pregunto levantando sus cejas juguetonamente. Mientras entrábamos a mi habitación.
—¡Cielo santo!. —exclame. —Olvide las ventajas de tenerte como novio.
—Solo por esta vez cariño. —me guiño el ojo arrojando ambas mochilas a la cama. —¿Entonces?.
—Me parece bien. Aunque ya no le veo caso, después de hoy tendremos toda una semana libre esa tarea no contará. —explique encojiendome de hombros. —¿Oh me equivoco?.
—Mas vale prevenir que lamentar.
Asentí y me adentre en el baño.
A pesar de que nunca habíamos llegado tan lejos más que a un par de toqueteos inocentes, la confianza entre el y yo era demasiada y me gustaba que fuera de esa manera. No había presiones.
