🍁 CHAPTER NINETEEN 🍁

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"Hay cosas que no merecen la pena, personas que no la merecen"

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"Hay cosas que no merecen la pena, personas que no la merecen"

El día siguiente, cuando me levanté por alguna extraña razón no quería ir a la escuela, era como si mi cuerpo y mente se sincronizaron por primera vez y me dijeran que no estaba bien ir a la escuela. Pero no podía darme el lujo de faltar.

Revise mi teléfono con la esperanza de escuchar o recibir algún mensaje de Shawn tal como todas las mañanas, pero algo no estaba bien. Desde anoche no respondía mis mensajes y llamadas, era como si su teléfono estuviera apagado. Oh tal vez así era.

Ni si quiera me inmute en desayunar, tan pronto como pude salí disparada hacia la escuela.

Los pasillos de la preparatoria estaban más que llenos, todos los estudiantes se movían de un lado a otro, al parecer no era la única que llegaba tarde a su primera clase. Cuando llegue a la clase de literatura no había señales del profesor por lo que tome el lugar de siempre.
Pero algo no estaba bien. Naomy llegaba tarde y Shawn, provocó que mi sorpresa se agrandara más cuando lo vi en el que solía ser su lugar. Moví mis cejas invitándolo a sentarse a mi lado pero pareció ignorarme.

No pude decir nada más, la calle comenzó y aunque trate de no verme distraída me fue imposible. Miraba el telefono discretamente esperando a que la campana sonará.

Y exactamente cuarenta y siete minutos después la campana sonó, mientras guardaba mis cosas no perdí de vista al castaño que salió disparado del salón como si su vida dependiera de ella. ¿Que le pasaba?. Primero ignora mis llamadas y ahora me ignora a mí.
Salí del aula dispuesta a seguirlo pero una mano en mi hombro me detuvo.

—¡Se me hizo tarde lo siento!. —exclamo mi amiga a mi lado. —Puedes darme los apuntes.

Asentí sin dejar de mirar a Shawn mientras le entendía mi cuaderno a Naomy. —¿Que pasa?.

—Algo pasa con Shawn. —musite caminando hacia el casillero donde el castaño se encontraba recargado riendo junto a sus amigos.

—¡Mel espera!.

El grito de Naomy quedó lejano ante mi cuando comencé a caminar en dirección hacia Shawn. Me observo y pareció decirle algo a sus amigos en voz baja que los hizo reír.

—¡Ah pero si aquí está mi novia!. —me tomo de los hombros bruscamente sonriendo juntos a sus amigos. —¿Díganme no es preciosa?.

Todos sus amigos asintieron riendo, Naomy llegó para colocarse junto a todos mirando a Shawn con el ceño fruncido.

Sonreí de manera incómoda mientras lo miraba. —Oye que pa...

—¡Saben algo a mi novia le gustan las apuestas!. —grito para que toda la escuela puediera escucharlo. —¡Tanto que apostó el que podía conquistarme!. —rio mientras negaba con la cabeza. —¿Dime cariño, también apostaste cuando lo hicimos?.

Me separé de él abruptamente al escuchar las risas de toda la preparatoria. Lo mire a los ojos demostrándole cuan enojada y furiosa estaba con el.
Me acerque a el con una media sonrisa y cuando menos se lo espero estampe mi mano en su mejilla con fuerza, dejando está roja.

—No debí equivocarme cuando dije que eras buena persona. —susurro entre dientes.

—Y yo no debí equivocarme cuando dije que no eras un idiota. ¡Imbécil!.
Grite antes de que Naomy me tomara del brazo y literalmente me comenzará a arrastra hacia la salida.

—¡Espero que estés conforme Melina!. ¡Eres una vil basura y todo por una estúpida Corona!.

Ni si quiera me inmute en detenerme, salí de la preparatoria conteniendo todas las lágrimas que había acumulado en aquellos cortos segundos. Podía sentir los pasos de mi mejor amiga tras de mí, hasta que finalmente me detuve frente a mi auto.

Deje escapar un pesado y largo sollozo, la respiración me pesaba y sentía que en cualquier momento me desplomaria sobre el suelo. Sentí los brazos de Naomy rodearme y apretarme contra su pecho.

—Tranquila nena, tranquila todo está bien. —segui sollozando, estaba segura de que tal vez toda la escuela me escuchaba pero no me importaba. —Vamos a casa.

Asentí con la cabeza separándome de Naomy, mientras tallaba mis ojos evitando que más lágrimas salieran. Le extendi las llaves del auto a Naomy y espere a que lo rodeará para que ella condujera pero cuando estuve a punto de subir al lado del copiloto otro grito se escuchó a mis espaldas.
—¡Si eso es, ahora vas a huir, ¿Cierto?!. —gire mi cabeza apretando mis labios en una sola línea mirando al castaño parado frente a mí.

—¡Eso que mierda te importa a ti imbécil!. —espete con rabia. —¡¿Por qué no vas a y vuelves con tus amigos de mierda ah?!.

—¡¿Por qué lo hiciste?!. —grito dolido, sus ojos parecían estar cristalizados.

—¡¿Por qué lo hiciste tú?!. —grite de vuelta. —¡Deberías de verte a un espejo, porque te aseguro que el tú de hace unos meses estaría decepcionado de ti!.

—¡Mira quién lo dice!.

Negué una vez más con la cabeza. —Yo al menos nunca cambie o negué lo que era. —dicho aquello subí al auto y lo deje sobre aquel estacionamiento.

Ese día estaba segura de dos cosas.  Uno. No estaba arrepentida de haber hecho aquella apuesta, estaba arrepentida de haber creado a una mala persona. Dos. Había perdido la única cosa que durante meses llegó a importarme más que a mí misma.

No fui capaz de ir a casa y dejar que Nana o papá me vieran así, en vez de eso le pedí a Naomy que me llevara a la suya, primero necesitaba controlarme e inventar una buena excusa del porque había salido de la escuela tan temprano. Además ya había dejado que el me viera llorar, no dejaría que lo hicieran más personas. Ya no podía.

Mi teléfono estaba por explotar gracias a los mensajes que las demás chicas habían dejado para saber de mí.

Pero yo solo esperaba uno en específico, un mensaje, uno que al menos dijera cuánto lo sentía y que deseaba con todo su corazón arreglar las cosas. Pero nunca llegó.

Simply Him /S.M/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora