Shawn siempre se caracterizo por ser el chico simple y no solo de la clase, de toda la escuela.
El callado, el sin amigos, el dedicado, el patito feo, el nerd, el tartamudo, el juego favorito de los populares del equipo de preparatoria, el debilucho...
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"Las mentiras eran lo mío"
No mentía cuando decía que entre más tiempo pasaba, más estrés llegaba a mi vida. Aquella palabra se había convertido en mi favorita de mi diccionario. Apenas habíamos terminado con el baile de primavera, las vacaciones y ahora nos encontrábamos organizando todo para el baile de graduación.
Ni hablar de los exámenes del período final.
Gracias al cielo había logrado mejorar mis notas y me sentía preparada para realizar los exámenes, gracias a Naomy y Shawn.
Teníamos un lapso libre de más o menos dos horas antes de la clase de historia, Stacy nos había pedido ayuda a todas para colgar algunos adornos en el salón de deportes, tenía planeado montar un pequeño escenario para el momento en que nombrarán al rey y reina del baile.
—¡¿Alguna puede pasarme aquella caja?!. —grito Nora señalando una pequeña caja naranja de platico, mientras trataba de sostenerse bien de la escalera. —¡Idiotas les estoy hablando!.
Todas giramos la cabeza al mismo tiempo y fue Naomy quien se puso de pie, tomo la caja y se la paso a Nora. —Gracias. —sonrio de manera tranquila.
—¿Creen que es mucho color azul?. —nos pregunto Stacy. —Iba a escoger el morado pero cuando vi este azul no pude evitar enamorarme de el. —sacudio al aire un par de telas de aquel tono azul que no era turquesa pero tampoco marino.
—Se llama cian. —respondio Emily por nosotras. —Esta en la gama de los turquesas.
—¿Cómo lo sabes?. —eleve las cejas sorprendida.
—Estar en el taller de pintura me ha ayudado mucho. —se encogió de hombros.
—Pues a mí me gusta. Además hace que el poco de blanco que añadiremos resalte más. —dijo mi mejor amiga quitando aquellos revoltosos y bien definidos rizos negros de su rostro. —Tambien les recuerdo que tendremos que ver nuestro atuendo.
No hubo nadie que se quedara sin respingar con pesadez y aventar las cosas que teníamos en manos a algún rincón del salón, haciendo resonar la duela. —Ya es demasiado con todo esto. —se quejo Stacy. —Tendre que dejar que mi madre se encargue de escoger mi vestido. —rodo los ojos molesta.
—Yo por suerte fue precavida. —Nora bajo de la escalera tambaleándose. —Y cuando compré el vestido del baile de primavera, añadí uno extra para este baile. —rio victoriosa ante todas. —Y se muy bien que Emily no se preocupa porque usará uno que era de su madre.
