El Corazón Del Rey Bestia

Ella.

Todos asintieron de inmediato,tomando lugares y ordenando, organizando y limpiando todo el barco.

Kirinmaru se quedó en la orilla mirando el mar nuevamente,cuestionandose si había hecho bien en tomar una tripulación,pero sabia que de cualquier manera,podría deshacerse de ellos si llegaban a traicionarlo.

Algunos días transcurrían de manera rápida,había resultado bien el tener una tripulación, le hacia a veces las cosas mas fáciles. Mientras se encontraba sentado comiendo algunas uvas,decidió recostarse.

—¿Que no eso ya estaba limpio? —inquirió con su ojo visible cerrado hacia la dama que había ingresado al lugar donde Kirinmaru se hallaba,esta se sobresaltó al oírlo,ya que creía que se encontraba dormido.

—S-señor Kirinmaru yo...— dijeron titubeando,Kirinmaru abrió su ojo y la miró,ella retrocedió algo perpleja y se tropezó, aunque antes de caer,un brazo la detuvo por la espalda.

Abrió sus ojos y procesó la escena,Kirinmaru la había detenido antes de caer,y un leve rubor apareció en su rostro.

—Tienes que tener precauciones. —dijo la bestia,moviendo la quijada en señal a lo que se encontraba tras la chica, que era una katana. Ella apenas la miró moviendo levemente la cabeza pero asintiendo.
La levantó dejándola de pie,y la miró unos momentos.

—¿Porqué siempre rondas cerca de mi? — inquirió serio.

—Bueno... Soy la única persona que ha logrado acercase mas a usted para servirlo. —respondió algo cabizbaja,el rey arqueó su ceja. —Perdón si he causado molestias señor Kirinmaru.

—Solamente haces tu trabajo. —respondió encogiéndose de hombros,para luego caminar a la salida. Ella lo miró salir de allí,dejándola sola en la habitación,un cosquilleo recorrió su estomago al recordar como él la había detenido de su caída.

El pelirrojo fue hacia la popa y no evitó pensar en la situación que había vivido hace unos minutos, fue extraña.