El ultimo toque.

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Shison andaba junto a la tripulación por el bosque,cuando llegaron al pueblo,todos como normalmente entraron sin más, Shison lo hizo,encogiéndose de hombros y los siguió.

—¿Cuanto es que llevan con mi padre? —Inquirió mirando su camino.

—Uy.... Casi 20 años... —Respondió una chica.

Shison quiso seguir conversando,pero lo detuvieron algunas personas parándose frente a él. Le miraban con cierta intriga,aunque fascinación.

—¿Qué? —Inquirió,confuso.

Algunos Yokai que estaban ahí, habían sentido el olor de Shison, percatándose de que este era parecido al de Kirinmaru.

—¿Tú eres el hijo del Rey Bestia?

Comenzaron a preguntar. Shison permanecía serio, pero asintió con su cabeza. Todos se notaron mas que sorprendidos,algunos Yokai que desde atrás divisaban,concordaron con ver su aspecto,ya que conocían al rey.

—¿Eso que tiene? —Dijo el muchacho,frunciendo el ceño.

Shison rodó los ojos e hizo un ademán a la tripulación, ellos continuaron su marcha por los lares del mercader. Shison no dijo más, y permaneció serio durante el trayecto. En cada lugar donde recogían sus provisiones,era elogiado de alguna manera,él asentía, ya que no estaba acostumbrado a halagos ni a llamar demasiado la atención.

—Solo miralo... Es tan... No parece hijo de Kirinmaru... —Cuchichearon algunos.

—¿Crees que pueda pagar las cuentas de su padre? —Añadió otro.

Shison parecía concentrado en la compra,asi que solamente movió ligeramente su oído,alertando a quienes hablaban de él.
Le restó importancia,ya que si su padre había hecho algo tiempo atrás,él no sería la moneda de pago.

—Puedo decir que ahora que te tengo,estoy en paz... —Dijo Aiko,acariciando el rostro de él.

—También me alegra haber vuelto... Estos meses no han podido recuperar los años que me fui... Pero si sé que he pasado de maravillas... Todo es hermoso cuando estoy contigo.. —Respondió el rey,tomándola del mentón,para proceder a besarla.

Ella correspondió abrazando su cuello,dejándose llevar por las emociones que los invadían cuando ambos sentían el amor que se entregaban en cada beso.
De alguna manera,era algo que habían pensado,indirectamente.

Ella le quitó la armadura,y el colaboró,dejándose,mientras desvistió a su esposa. Cuando ella había logrado hacerlo,él pareció temer que alguien los fuera a atrapar.

—¿Que te pasa? —Dijo Aiko. —¿Ahora eres tu el que no quiere? —Y arqueó la ceja.

Él desvío la mirada un momento,pero luego apagó la pena y continuó besando a su esposa,ella se dejó llevar por aquel beso,a lo que ambos se recostaron juntos,él se mantenía sobre ella,a lo que cuando intensificó su beso, penetró el cuerpo de ella,provocándola soltar un ligero gemido.

Mientras él comenzó a moverse,ella no dejaba de besarlo,y él correspondía a aquello,sus mentes estaban llenas de pensamientos sobre el otro,a lo que con el aumentar el ritmo del movimiento del rey,él comenzó a declararle en suaves gemidos lo enamorado que se encontraba,aunque sonara sucio.
—Eres... Un loco... —Respondió Aiko enterrada en el sentimiento que él le provocaba.

—Loco... Loco por ti... —Concluyó él. Se dejó llevar completamente llegando a un siguiente nivel,dejando caricias en el cuerpo de su esposa,la cual junto al suyo no podía evitar los sonidos que salían de sus gargantas.

Entrelazaron sus dedos y ambos se miraron a los ojos cuando él aumentó su fuerza en sus movimientos hasta detenerse algunos momentos después,ambos ahogando su sonido en un beso.

Respiraron agitados unos momentos,mientras se dedicaron un último beso con delicadeza.
Se quedaron en aquella posición durante algunos momentos.

Hasta que Kirinmaru sintió en su nariz y escuchó los sonidos de su tripulación llegando al barco. Ambos se incorporaron y colocaron sus prendas evitando hacer mayor escándalo.

—Que adrenalina... —Se mofó Aiko. Kirinmaru rió.

Justamente cuando este terminaba de cerrar sus vestimentas, su hijo llamó a la puerta.

—He vuelto... ¿Están ahí? —Inquirió juguetón.

Aiko abrió y saludó a su hijo,mientras su padre estiraba su torso,descansando de la armadura. Shison arqueó la ceja,aunque no quiso indagar en nada.

—¿Como les fue? —Comenzó la de ojos caramelo.

—Bueno... Compramos todo... Salvo que... En el pueblo no dejaban de mirarme... —Y rodó los ojos.

—¿Enserio? —Respondió el pelirrojo,frunciendo el ceño,extrañado.

—Me interrogaron sobre ti,evidentemente como mamá dice,soy muy parecido a ti. —Y se tocó una mejilla.

—Oh hijo... No les pongas atención. —Concluyó el rey,riendo.

—Vamos a arreglar las cosas. —Sugirió Aiko,a lo que se marcharon junto a la tripulación.

El Corazón Del Rey BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora