El Corazón Del Rey Bestia

El bosque.

Kirinmaru se paseó un momento por el aire,mirando a que dirección se marchaba su hijo.
Shison parecía de lo mas calmado en todo aquello,por lo cual el pelirrojo no se veía preocupado. Acabó por sentarse en la copa de un árbol cuando notó que el pequeño se había tomado un descanso.

—¿Y ahora que hago? —Comenzó el pequeño mirando sus alrededores.

El rey lo miró atento y esbozó una ligera sonrisa con gracia ante la actitud del pequeño.
Shison se había puesto a juguetear algunos momentos,pero el hambre se había hecho presente lo que hizo cuestionar que debía hacer.

Su padre no le había dado nada para poder conseguir alimento,solamente había bajado del barco con lo que tenia puesto. Podía regresar,pero ya no parecía recordar bien el camino,se sintió acorralado ante la situación,pero salió de su ensimismamiento cuando divisó por lo lejos algún animal para que pudiera consumir.

Lo miró atentamente, siguiéndolo con sus orbes esmeralda,y se miró la mano.
Kirinmaru comenzó a darle toda su atención al pequeño,el cual se lanzó al animal para darle caza. Shison había logrado herir al animal,aunque este no lo hubiera atrapado en el acto.

—No... No puede ser... —Suspiró fastidiado.

El pelirrojo desde el árbol parpadeó algunas veces tratando de procesar la escena.
Quiso verse decepcionado ante el acto,pero en su lugar le daba la razón,era su primera vez en el bosque,solo,sobreviviendo sin sus padres.

Shison pensó y pensó. Caminó un poco más y encontró al mismo animal,la herida que le había hecho con sus garras había servido después de todo. Sonrió ante ello,perfecto, ahora tenia la comida,solo necesitaba ver de que manera la podría cocer.

Mientras veía al animal,el pelirrojo le había lanzado suavemente un par de piedras cerca suyo. Shison las vio caer del aire,y volteó a todos lados tratado de divisar quien la había lanzado. No encontró a nadie a su vista ni olfato,asi que miró las piedras,recordando que con aquello podría provocar fuego.

Sus conocimientos se derivaban de lo que su padre hacia a veces mostrándole a luchar o con inteligencia saber llevar a cabo alguna situación,además de la amplia gama de libros que su padre tenia,él había leído algunos un año antes de partir a su rito.
Parecía ser demasiado avanzado para su edad.

La noche cayó y Shison buscó algún lugar donde se pudiera ver refugiado y encontró una pequeña cueva en la cual se adentró siempre teniendo cuidado de que no hubiese alguna amenaza al rededor.

Kirinmaru observó aquello más que orgulloso de su hijo.

—Sigue así mi muchacho... —Murmuró al aire mientras hacia guardia.

Comenzaron a transcurrir algunos días y el pequeño se había comenzado a adaptar bien a aquella vida que estaba llevando. Kirinmaru siempre permanecía cerca suya,sabia que en algún momento algún demonio osaría atacar a su hijo.
No pretendería meterse,ya que Shison debía aprender a defenderse de cualquier ser.

Y como era de esperarse,el pequeño había comenzado a pensar alguna manera de entretenimiento mientras yacía solo en aquel bosque.
Pudo conocer a otro pequeño que se había perdido en el bosque.

Kirinmaru notó lo sociable que su hijo era,y del mismo modo,seguía pendiente de él,no se metía en donde consideraba no hacerlo,asi que se mantenía al régimen y al borde para que su hijo nunca notara que estaba ahí.
Había pasado mucho tiempo,un par de años,desde que se había adentrado a aquel rito al que su padre le había mandado. Se hallaba muy tranquilamente en los alrededores,buscando que comer,sin embargo,su paz se acabó al escuchar el alarmante y desgarrador alarido que su pequeño amigo dio.

Se giró de inmediato para observar que había pasado,y pudo notarse perplejo ante lo que sus orbes esmeraldas veían,ya que un demonio había aparecido y había asesinado al pequeño,devorándolo.

Defenderse era ahora o nunca para Shison.