El pueblo.

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Se había dirigido a caminar,a lo que había descubierto el pueblo que estaba a las afueras del bosque,lo observó unos momentos con sigilo.

—Vaya... Que interesante... —Dijo ciertamente entusiasmado.

Pensó unos momentos y se colocó una capucha improvisada,la cual también cubría la mitad de su rostro. Se encaminó con cierto temor,ya que no había convivido con nadie desde que su amigo había muerto.

Se adentró a este con algo de sorpresa,admiraba a las personas que caminaban por ahí,trabajando,otras paseando y algunas más en un mercado. Recorrió las calles admirando sus alrededores,estaba mas que extasiado ante el pueblo que visitaba,ya que lo había atraído de cierta manera el olor de la comida.

—Agh... Eh.... ¿Podrían darme algo de su comida.... Por favor? —Inquirió tímido.

La mujer que estaba en aquel puesto,hizo un gesto de ternura al ver al pequeño,y con amabilidad le otorgó un poco de la misma.

—Gracias señora... —Dijo comenzando a comer.

—De nada muchacho... ¿que hace un niño tan lindo como tú, solo en las calles? —Inquirió ella con calidez.

—Bueno... Estoy cumpliendo un mandamiento de mi padre,supongo que es normal entre Yokais. —Comentó llevándose una cucharada a la boca.

La mujer rió ante aquello,ya que era comprensible,en aquel pueblo vivían tanto humanos como Hanyo y muy escasos Yokai.

Kirinmaru estaba comenzando a perder la paciencia,por lo que salió de aquella cueva y comenzó a guiarse con su nariz hacia el olor de su hijo. Caminó por donde su olfato le indicaba que había pasado el pequeño,hasta llegar a aquel pueblo. Lo observó unos momentos,era aquel pueblo que había visitado,en el cual conoció a su tripulación y a su vez,a su esposa. Su mente estaba llena de nostalgia ante aquello.

—Muchas gracias nuevamente... —Dijo Shison en una amplia sonrisa.

—Descuida pequeño... ¿Y quien es tu padre? Tienes un peculiar olor.... —Comentó dándole un ligero cosquilleo a la nariz.

—Pues... —Dijo desviando la mirada algo nervioso.

Antes de poder decir algo,pudo sentir a lo lejos el olor del pelirrojo acercándose y adentrándose al pueblo. Enterró la mirada en aquel plato vacío y se lo entregó a la mujer.
Kirinmaru era elogiado por cada que lo veían, lo saludaban con respeto. Cuando pudo enfocar a su hijo,se acercó a él.

—Oh... Su majestad... —Saludó aquella mujer,haciendo una ligera reverencia.

Kirinmaru se posicionó a la altura de Shison.

—¿Todo está bien? —Inquirió tomándole el mentón.

El pequeño no hizo mas que abrazarle,a lo que el pelirrojo correspondió rápidamente.

—¿Cuanto te debo? —Dijo el de orbe verde,notando el plato vacío que había dejado su hijo.

Ella abrió sus ojos de par en par. Negó con la cabeza,aunque el rey de igual manera dejó su pago.
Todo el pueblo notó de inmediato que el rey ahora tenia un príncipe, aunque los habían visto años atrás,junto a su esposa,y el pequeño que aun no nacía.

Todos admiraban al pequeño Shison,a lo que él llevaba una ligera mueca ante aquello,sentía enterradas las miradas en su persona,a lo que su padre lo llevó a su brazo y ambos se marcharon por los aires.

—Uy... El aire es fuerte por aquí... —Comentó Shison,deteniéndose del brazo de su padre.

—Es fácil llevarlo cuando te acostumbras. —Dijo el rey con gracia.

Regresaron nuevamente a aquel bosque,donde ambos se quedaron en aquella cueva.

—Me alegra que hayas venido... —Dijo el pequeño,abrazando nuevamente a su padre.

—Me alegra también haber vuelto. —Respondió el de orbe verde,correspondiendo el abrazo. —Me quedaré contigo un tiempo. —Anunció.

—¡Que bien! —Respondió Shison,iluminándose sus orbes esmeralda. —¿Mamá está de acuerdo? —Inquirió intrigado.

—Voy a entrenarte yo mismo. —Respondió llevando su mano a su espada. Shison notó como lo evadió.

—Supongo que eso será bueno... —Dijo sonriendo levemente nervioso.

—¡En guardia! —Anunció Kirinmaru, desenfundando su espada.

Shison inmediatamente y por inercia tomó su cadena,enredándola en sus propias manos,dispuesto a atacar. Kirinmaru analizó aquello con atención.
Comenzó a atacarlo con modestia,evitando poder hacerle algún daño.

Shison contraatacaba velozmente, tratando de llevar el mismo nivel que su padre. Kirinmaru le dio un golpe de su poder,haciéndolo arrastrarse algunos metros,perdiendo el equilibrio,aun así, no se rindió.

—Eres fuerte mi príncipe. —Admitió el rey, guardando su espada.

—A que sí. —Respondió Shison,sonriendo de medio lado,y mientras Kirinmaru reía,Shison replicó aquel golpe de poder,haciendo al pelirrojo arrastrarse algunos metros.

Se percató de aquella peculiar herencia en su hijo,con aquel poder. Le llenaba de alegría la fortaleza que el pequeño había adquirido.

—Estoy orgulloso de ti mi Shison.

El Corazón Del Rey BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora