¡Necesitamos al gigoló!

Capítulo XXII

Presiono el botón del mando del portón para que se abra dejando ver a Coco ,mi fiel amigo ,que ya reconoce el coche y empieza a correr detrás de mi vehículo mientras le da al rabo feliz de verme otra vez.

Me bajo del coche y me salta encima para que le salude como es debido, sonrío empezando a rascarle la cabeza. Lame mi mano y baja de mis piernas para empezar a caminar hasta la casa de mis padres.

Cojo la mochila del coche y lo cierro mientras veo como el portón se cierra completamente, hoy hemos decidido que pasaremos un día en familia ya que todos estamos de vacaciones y pasaremos el sábado juntos.

Después de que ayer Sergio me dejara en la friendzone y me confundiera más de lo que ya estoy, decidí que no iba a llevarlo de acompañante a ninguna reunión familiar más porque no quiero que mis padres se encariñen con él como me pasó con Jorge.

Me subo las gafas de sol a la cabeza atravesando el salón hasta salir al jardín donde está mi numerosa familia alrededor de la piscina disfrutando de la maravillosa mañana de verano que hay hoy.

-¡Buenos días personas con las que comparto genes! –les saludo sacándoles varias carcajadas mientras dejo la mochila en uno de los sofás que están en el recinto.

-Buenos días cielo –me saluda mi madre divertida acercándose a mi para abrazarme y besar mi mejilla cariñosamente- ¿Sergio no ha venido? –pregunta y hago una leve mueca al escuchar su nombre.

-No ha podido, estaba ocupado –me encojo de hombros sin mirarla a los ojos siendo consciente de que si lo hago sabrá que es mentira.

La veo asentir y yo me quito el vestido quedando en un bikini blanco, me pongo crema rápidamente para ir a saludar al resto de mi familia.

-Hola Daf –me saluda mi hermano Javi quién está subido a un hinchable tomando el sol.

- ¿Y Sergio? -pregunta Marcos que juega con nuestro sobrino, Antonio, a la pelota en el jardín.

-Estaba ocupado –me encojo de hombros poniéndome las gafas otra vez

-Es una lástima que no haya podido venir, me había caído bien- dice mi padre sorprendiéndonos a todos, es raro que le caiga alguien bien en general, pero no porque sea un cascarrabias sino porque es demasiado sobreprotector con todos sus hijos. - Si puede que venga el próximo fin de semana antes de que te marches a Hawái

Noto como me da una leve punzada de remordimiento, nunca le había mentido a mis seres queridos antes y hacerlo me duele. Soy consciente que dentro de poco tendré que decirles la verdad o contarles otra mentira, lo cual no me emociona mucho. En tres días será la cena y cuando pase sé que no volveré a ver a Sergio con tanta frecuencia. El día uno de agosto, es decir, en nueve días me iré a Honolulu. En teoría sería mi luna de miel, pero como no hay boda pues me pasaré la primera quincena del próximo mes disfrutando de las maravillosas playas de Hawái.

-Oye y ¿Sergio irá contigo al viaje? –pregunta Matías desde las tumbonas sentado con su novia, Alicia.

-Tiene trabajo- miento rápidamente- Tendría que haberlo avisado antes para que le pudiesen dar los días.

-¿Quieres que hable con Edu? Seguro que hace una excepción y le deja irse contigo –ofrece Marcos y yo maldigo internamente porque no sé ni mentir decentemente

-No te preocupes, me había dicho que quería quedarse porque acaba de empezar a trabajar ahí y no le gustan los favoritismos –me invento encogiéndome de hombros.

Marcos asiente y Diego se levanta para acercarse a la mesa donde mis padres han colocado varios tentempiés y bebidas para que no tengamos que entrar a la casa y ensuciarlo todo.