Capítulo I

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Mi móvil empieza a sonar y bufo estirándome para cogerlo de la mesilla, la bruja Lola y las notificaciones de mi teléfono compiten por ver a quién se le escucha más.

Desbloqueo el aparato y veo unos setenta mensajes de WhatsApp. Confundida, abro la aplicación y veo que me acaban de agregar a un nuevo grupo.

"Reunión de antiguos alumnos" leo como nombre del grupo, entro a la conversación y veo como números que todavía tengo guardados como, por ejemplo, Esther Cole hablan de qué día deberíamos quedar para ponernos al tanto de nuestras vidas.

Los años no cambian la falsedad de las personas.

Decretan como día de la reunión el día 23 de este mes, julio. Todos confirman uno a uno su asistencia pero un mensaje en especial me rompe otro poco más el corazón.

Jorge: ¿puedo llevar a mi novia?

Todos le dicen que si puede y el dice que irá, algún que otro despistado pregunta si seguíamos juntos y ante la negativa de Jorge empiezan a preguntar el porqué, una llamada entrante me impide seguir leyendo la conversación.

Al leer el nombre de mi mejor amiga rápidamente descuelgo la llamada acercándome el dispositivo a la oreja.

-Dafne...-empieza a hablar pero no la dejo continuar su frase.

-¿Que Dafne ni que hostias? ¡Houston tenemos un jodido problema! - chillo levantándome de la cama.

-¿Te quieres calmar? Salgo del trabajo en diez minutos y voy a tu casa- me dice y muerdo mi dedo pulgar cabreada.

-Vale -hablo con el dedo en la boca, aunque haya vocalizado mal debido a la falange que sostienen mis dientes me repite que me tranquilice y se despide.

Dejo el teléfono en la cama y me siento en esta mirando al techo.

Mi novio, bueno ex novio, Jorge y yo lo dejamos hace dos semanas. Llevaba años engañándome con una de mis amigas de la universidad.

El y yo comenzamos a salir a los quince años, éramos la típica pareja de la clase. Todo iba bien hasta que se acostó con María, su infidelidad acabo con nuestra relación de más de diez años y me libró de casi casarme con un grandísimo hijo de puta.

La fecha de la boda esta puesta para dentro de mes y medio, no he sido capaz de decirle a casi nadie que ya no hay boda. Lo saben pocas personas, mi padre, mi madre, mis hermanos y mi mejor amiga.

Me da tantísima rabia tener que encargarme yo de todo esto, es que encima de cornuda soy gilipollas.

Os preguntaréis ¿a qué viene lo de ¨Houston tenemos un problema¨? Os explico, yo me enteré de que me estaba engañando porque estaban en mi puta cama de visco elástico haciendo el acto.

Por no decir que estaban follando como conejos.

Esa noche me pillé la peor borrachera de mi vida, y me encontré a María de fiesta así que le conté que se lo quedara, que yo tenía a uno mejor desde hacía meses.

¿El problema?, que era mentira. Le dije que me había estado tirando a otro chaval, y ella se lo contó a Jorge. A él no lo he vuelto a ver desde que los pillé con las manos en la masa, pero está claro que esa cerda se lo ha dicho.

El caso es que necesito a un maromo para que me acompañe a esa puta reunión y no quedar como una mentirosa o también puedo no ir. Pero está claro que Carla, mi mejor amiga, no permitiría eso.

Escucho la puerta de mi pequeño piso abrirse y segundos después Carla se planta delante de mí. Apoya sus manos en sus caderas y me mira seria.

-Levántate -ordena y apoyo la espalda en mi profanada cama pasándome por el forro su orden.

-No pienso hacerlo -digo y doy una vuelta escondiendo mi cara en la almohada.

-Esta noche saldremos de fiesta ,a cazar-dice y gruño levantando la cabeza para mirarla.

-Tú ya no tienes porqué salir de caza, estás casada -le digo y se encoge de hombros.

-Pues ahí tienes una prueba más de mi amor hacia ti.Voy a sacrificarme y dejar que hombres babeen por mi precioso cuerpo solo para conseguir que tú ,querida amiga, consigas a un hombre-me agarra de los brazos consiguiendo sentarme en la cama.

Como se nota que no tiene abuela la puñetera.

-¿Tú ves posible encontrar a un chico que nos ayude sin pedir nada a cambio?-le pregunto cruzándome de brazos.

-Hombre, es difícil pero no imposible-habla mientras camina hacia mi armario- Míralo por la parte positiva igual te tiras al candidato- se encoge de hombros.

-Ni pagando follo-digo bufando.

-¡Claro!- exclama Carla girándose para mirarme-¡Eso es! ¡Tienes que pagar!

-¿Qué dices? ¿Te recuerdo que la boda me ha dejado en números rojos?-le pregunto mientras la miro extrañada.

-¡Necesitamos al gigoló!-dice parándose delante de mí, que sigo sentada en la cama.

-¿Qué gigoló?-le pregunto aún sin entender nada-¿Tienes fiebre?- intento poner mi mano en su frente.

-El de mi despedida de soltera- dice apartando mi mano de un manotazo- Le llamo y mañana a la noche quedamos con él, así le explicamos todo con calma.

-Madre mía-suspiro llevándome las manos a la cara.

¿Lo peor de todo? Que iba tan mal en la fiesta de soltera de Carla que no me acuerdo de nada de lo que hice y mi querida amiga cuando le pregunté qué pasó ,solo se rió.

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Esta novela tiene un alto contenido de palabrotas e insultos que seguramente poca gente entienda,debido a que son muy usados en España o por lo menos yo los uso. Si tienes alguna duda, déjala en los comentarios e intentaré resolverla.

Hasta el siguiente,basketballplayer7.

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¡Necesitamos al gigoló!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora