Capítulo XIII

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Escucho el puto teléfono fijo sonar y meto la cabeza debajo de la almohada deseando que deje de sonar, un brazo aterriza en mi espalda baja y saco la cabeza de la almohada sintiendo como me martillea por la resaca.

Confundida veo el trabajado brazo descansando a pocos centímetros de mi culo, sigo los bíceps visualizando una espalda y un culo que ya sé a quién pertenece.

Si anoche nos acostamos me da rabia y satisfacción a la vez, porque no me acuerdo de lo que pasó y satisfacción porque por fin me lo he tirado.

-El teléfono está sonando –susurra con una voz ronca que me pone los pelos de punta.

-Eh...sí, voy-digo carraspeando mientras me levanto de la cama a por el teléfono.

Cojo el teléfono fijo, que está en el salón, mientras me siento en el sofá.

-¿Quién eres y porqué me molestas a las diez de la mañana un viernes después de salir de fiesta ayer?-pregunto contestando a la llamada.

-Dafne por fin, te he estado llamando todo el rato-dice Javi al otro lado de la línea- He llamado a Carla porque no me cogías y me dijo que lo más seguro es que Sergio esté en tu casa así que sácalo de ahí porque estamos de camino.

-Espera un segundo ¿Quiénes venís? –pregunto confundida viendo a Sergio salir de mi habitación en bóxers.

Me guiña un ojo divertido logrando desconcentrarme con toda la cantidad de músculos que tiene.

-¡Dafne!- escucho a Javi gritarme.

-¿Qué?-digo frunciendo el ceño volviendo a la realidad.

-Mamá, papá y nuestros cinco hermanos mayores están llegando a tu casa porque Matías se chivó a nuestros progenitores de que tenías un novio nuevo como lo hiciste tú con el.-dice y gruño levantándome del sofá.

-No es mi novio- digo rodando los ojos viendo como Sergio se come una de mis magdalenas.

-¿Entonces porqué estaba tan preocupado que me ayudó a romperte la puerta de tu casa? ¿Cómo te calmó tan rápido cuando me querías arrancar la cabeza ese mismo día? Si no es tu novio algo es, para poder tranquilizar a la bestia que tienes dentro –dice y gruño enfadada cuando me empiezo a preguntar cosas que no debería preguntarme.

-Vale, gracias por el chivatazo nos vemos luego-me despido lanzando el teléfono fijo al sofá.

Voy a la cocina y rescato el donut, que estaba a punto de engullir Sergio, de las manos.

-Oye –me reclama confundido.

-Deja de comer que me vas a acabar con mis reservas para pelis moñas –digo dejando el donut en su caja- Ahora mismo mi familia está viniendo para aquí ya que la rata sucia de mi hermano Matías, se ha chivado a mis padres de que estamos saliendo. Yo que tu saldría de aquí si no quieres conocer las cientos de maneras con las que puedes perder la vida a manos de mi padre.

-¡Eso es perfecto! –dice sonriendo de lado logrando desconcertarme por completo - Si me presento a tus padres podemos ver cómo de verdes estamos de cara a la cena con tus compañeros de clase.

Hago una mueca sopesando los pros y los contras que tendría si lo presento como mi novio formal.

-Deja de quemarte las neuronas, es un plan perfecto-dice y vuelve a coger el donut para darle un mordisco- Voy a ducharme para conocer a mis suegros postizos –habla y sale de la cocina meneando el culo.

Me muerdo el labio y le doy un azote antes de que abandone por completo la habitación, me mira elevando una ceja y me encojo de hombros divertida.

¡Necesitamos al gigoló!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora