¡Necesitamos al gigoló!

Capítulo XI

Soplo al ver el mecanismo de la ducha, yo no entiendo de arreglar nada y por casualidades de la vida, es decir la asquerosa de la presidenta, el portero no puede venir a ayudarme.

Miro la caja de herramientas que me regaló Lucas cuando llegué al piso, la cual solo usaba Jorge para hacer el paripé porque luego venía el fontanero a arreglar el desastre que hacía el, más la avería anterior.

Llevo un día sin agua porque ayer a la mañana el cable roto de la ducha empezó a gotear y tuve que cerrar la llave del agua, me siento en el plato de la ducha pensando qué puedo hacer para que vuelva a funcionar.

Se me prende la bombilla y encuentro en la caja de herramientas cinta aislante, conecto el mango de la ducha al cable y lo pego con la cinta.

Sonrió orgullosa mirando la chapuza, porque no tiene otro nombre, que acabo de hacer. Enciendo la llave del agua y segundos después empieza a salir sin ningún problema.

Cierro el agua y sonrío saliendo del baño, he arreglado la ducha yo sola y sin pagar un solo euro.

¿Yo? ¿Agarrada? Para nada.

Cuando me siento en el sofá justo suena el timbre, gruño mirando a la puerta y hago una mueca intentando levantarme, pero es imposible porque parece que el sofá quiere estar conmigo.

-Seas quien seas eres mala persona por tocarme el coño justo cuando me acabo de sentar- digo aún sentada en el sofá.

-Aún no te he tocado nada, pero no me importaría-escucho detrás de la puerta reconociendo la voz de Sergio.

Me levanto del sofá y abro la puerta un poco avergonzada, hay veces que soy muy bruta hablando, pero es lo que me hace ser yo.

- ¿Que estabas haciendo? - pregunta mirando la cinta aislante en la mesa.

-Acabo de arreglar la ducha-sonrío orgullosa.

Se ríe y sin creerme va al baño para ver mi obra de arte, me apoyo en el marco de la puerta viendo como mira el mango de la ducha recién arreglado.

-Sabes que la cinta no te va a durar mucho ¿no? - pregunta mirándome de reojo.

-Ya, pero me durará hasta que pueda ir a una tienda y comprar uno nuevo- me encojo de hombros.

- ¿Y por qué no vas ahora? -pregunta abriendo la llave del agua.

-Me da pereza- digo haciendo una mueca viendo cómo sale el agua de la ducha.

De repente empieza a dejar de salir el agua y Sergio le da un golpecito al mango intentando que vuelva a salir, pero fracasa, el agua empieza a salir por los huecos de la cinta y esta se despega mojándonos.

Rápidamente cierro la llave del agua viendo lo empapados que estamos, teniendo en cuenta el poco tiempo que ha estado abierta el agua.

-Gracias por joder el maravilloso apaño que le he hecho a la ducha- digo sonriendo hipócritamente.

-Tarde o temprano se te iba a estropear- se encoge de hombros mientras se quita la americana. Se remanga la camisa y coge una llave inglesa - ¿Que me ofreces a cambio de arreglarte el cristo que acabas de hacer? - me pregunta mirándome de reojo.

-Te ofrezco un vasito de agua- sonrío de lado.

-No me parece suficiente-dice y hace como que piensa- ¿Recuerdas de lo que hablamos el otro día? De lo de la tensión sexual- aclara provocando que todos los vellos de mi piel se ericen.

-Como para olvidarme de eso- digo sonriendo de lado intentando aparentar normalidad, pero ciertas zonas en mi cuerpo están derritiéndose.

- ¿Alguien va a venir a tu casa? -pregunta dejando de lado la llave inglesa y poniéndose de pie.

Niego con la cabeza desde el suelo ya que estoy sentada en el plato de ducha, extiende una de sus manos hacia mí y la agarro, me levanta sin ninguna dificultad para agarrarme de la cintura y unir nuestros pechos.

- ¿Te parece bien aliviar esa tensión sexual ahora? -pregunta acercando sus labios a los míos al punto que siento su aliento acariciar mis labios cuando pronuncia la última palabra.

Decidida, pongo una de mis manos en su nuca impactando mis labios contra los suyos. Me responde al beso inmediatamente y pone sus manos en mis mejillas empotrándome contra la pared. Jadeo de la impresión separándome levemente de sus labios los cuales atacan de nuevo contra los míos sin perder un segundo.

Adentro mi lengua en su boca mientras tiro suavemente del pelo de su nuca provocando que imperceptibles gemidos salgan de su garganta. Sin dejar de besarle desabrocho los botones de su camisa, cuando por fin me deshago de los puñeteros botones que esconden ese cuerpo esculpido por los dioses paseo mis manos por sus abdominales y su fornido pectoral.

Me sonríe y sé el significado de esa sonrisa, hoy me follan. Me agarra de los muslos elevándome para que yo enrede mis piernas en sus caderas, me quito la camiseta quedando en sujetador para besar y marcar su cuello consiguiendo escuchar gruñidos jodidamente candentes de su parte.

Llegamos a la cama y me lanza a esta para luego deshacerse hábilmente de mis pantalones metiéndose así entre mis piernas. Me vuelve a besar y yo deslizo mis manos hasta sus vaqueros desabrochándolos, cuando voy a adentrar mi mano en sus bóxers una alarma suena en todo el edificio.

- ¿Qué coño? -susurro respirando agitadamente mientras lo miro.

-Esa es la alarma de incendios-dice y me agarra de la mano levantándome de la cama, rescato una bata de la entrada y sigo a Sergio quien sortea vecinos que bajan en estampida a la calle.

Salimos afuera del edificio y miro la construcción extrañada, no hay humo por ninguna parte. Veo a la presidenta reírse entre dientes al lado del botón de incendios el cual estaba protegido por un cristal, el cual claramente está ahora roto.

- ¿Que cojones te pasa? ¿Eres gilipollas o persigues coches aparcados? -le pregunto furiosa soltándome de la mano de Sergio mientras me acerco a ella furiosa.

-No sé de qué me estás hablando- se hace la loca y antes de poder agarrarla de los pelos piso un cristal roto del botón de incendios, porque sí, al pensar que me voy a quemar viva no se me ocurrió coger unos zapatos.

-Joder- susurro haciendo una mueca levantando el pie herido.

Noto las manos de Sergio ayudarme a mantenerme a la pata coja mientras fulmino a la hija de puta de vecina de abajo que me ha tocado, me guía hasta la acera y allí me siento mirando mi pie.

-Has tenido suerte que ha sido un cristal pequeño y no necesitarás puntos-dice mi acompañante inspeccionando la herida- ¿Por qué crees que ha sido ella la de la alarma? - me pregunta confundido

-Porque la mojé con una manguera y la dejé en ridículo delante de dos policías -contesto viendo como habla con un bombero que han acudido por el aviso de incendio, siendo este una falacia de una cincuentona aburrida que solo quiere joder la vida sexual a su vecina de arriba.

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Esta novela tiene un alto contenido de expresiones e insultos que seguramente poca gente entienda, debido a que son muy usados en España o por lo menos yo los uso. Si tienes alguna duda, déjala en los comentarios e intentaré resolverla.

Hasta el siguiente,basketballplayer7.

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