Me peino el flequillo mojado y casi no veo de lo largo que lo tengo, busco unas tijeras para poder cortarlo un poco pero solo encuentro un cortaúñas. No es una herramienta muy precisa y puede que me quede todo escalonado, pero es lo que hay.
Empiezo a cortarlo poco a poco porque tampoco es que pueda hacer más con esta mierda, termino de cortarlo y veo que me ha quedado un poco mal. Me encojo de hombros y limpio el desastre que he generado para cortar cuatro pelos.
Suena el timbre y miro el reloj de mi muñeca, las dos de la mañana. Javi me dijo que igual se pasaba por aquí porque hoy salía de fiesta, pero me parece demasiado temprano para que mi hermano llegue.
Abro la puerta y efectivamente, es mi hermano pero con una no muy agradable compañía. La chica que acompaña a mi gemelo tiene una pinta de choni increíble, aros en los que un loro podría crear su propio ecosistema, un moño más grande que mi cabeza, una ropa muy...hortera y el pintalabios corrido, pero creo que lo último es culpa de mi hermano porque el tiene los labios con manchas rosa fucsia.
-¿Qué cojones quieres Javi?- le pregunto señalando con la cabeza a su peculiar acompañante.
-A la derecha y en el fondo del pasillo- le dice mi hermano a la chica ignorándome por completo.
-Vale, pero no tardes mucho bombón –dice la chica mascando un chicle de una manera muy poco disimulada. La chica acaricia la mandíbula de mi gemelo y me aparta de la puerta para meterse en mi casa.
La miro sin dar crédito a lo que está pasando, entra en mi cuarto y me giro viendo como mi hermano me mira sonriendo inocente.
-Saca a esa choni de mi casa ahora mismo Javier- digo señalando al pasillo que acaba de recorrer la chica.
-Mi queridísima hermana del alma- suspira Javi sonriendo de lado mientras pone sus manos en mis hombros- He decidido que hoy voy a cobrarte todos los favores que me debes –pronuncia y me saca al rellano para meterse él en mi preciada casa.
-Javi deja de pensar con la polla un segundo y usa el jodido cerebro- le digo cabreada – Sal de mi casa no te lo diré dos veces
Veo un atisbo de miedo en sus ojos pero agarra el picaporte preparado para cerrarme la puerta de mi casa, en mis narices.
-Me lo debes Dafne –habla y besa sus dedos para luego pegarlos en mi frente, a modo de beso un tanto raro.
-Espera déjame al menos cambiarme- digo parando la puerta antes de que la cierre. Javi me mira de arriba abajo inspeccionando mi pijama, que consta de unos pantalones cortos de fútbol y una camiseta de publicidad de la empresa de mi padre, cuatro tallas más grandes de la correspondiente.
-Estás perfecta- dice y me extiende unas conocidas llaves para mí- Tienes mi moto en la puerta, cuídala. Te quiero sis –dice cerrándome la puerta.
Bufo y bajo las escaleras de mi edificio pensando en donde me puedo ir a acoplar, Carla no porque está en la playa y no tengo llaves de su casa, la casa de Javi tampoco porque no tengo llaves y tampoco tengo móvil para llamar a mis padres o al resto de mis hermanos.
Gruño poniéndome el casco de mi hermano y arrancando la moto, como me pare la policía me descojono. Voy sin documentación en una moto que no es mía y una ropa no apta para conducir este tipo de motos.
A pesar de que no quiera ir soy consciente de que es mi única opción para dormir en una cama esta noche. Un rato después aparco delante de la casa de Sergio, me quito el casco y apago la moto. Abrazo el casco mientras inspecciono la casa, en la planta de arriba hay una luz encendida, esperemos que sea Sergio y no su abuela porque es lo que me faltaría ya.
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¡Necesitamos al gigoló!
Teen FictionCuando el teléfono de Dafne empezó a sonar como loco aquella tarde de un caluroso julio supo que algo no iba bien. Necesitaba ayuda, urgentemente. Gracias @DimeyCLG por la preciosa portada ♡ #100-verano 10/9/20 #83-sarcasmo 11/9/20 #704-novelajuveni...