Izuku se tocó el cuello, aparte de los chupetes y marcas de dedos no tenía una mordida en el, fue un alivio en ese momento, solo imaginar el pasar el resto de su vida atado a una bestia con el tipo que dormía a su lado le daba terror.
Con cuidando bajó de la cama, trato de no hacer ruido, no quería que el alfa se despertará, busco su ropa toda estaba desgarrada no quedaba nada en buen estado se puso su ropa interior y su pantalón, su camisa de botones ya no tenía ni un botón, quería salir de ese lugar pero en el estado que estaba le daba pena, ya faltaba poco para amanecer, miró una chaqueta negra esto le dio una idea, la tomó y se la puso le quedaba enorme ni las manos alcanzaba a sacar, le llegaba hasta las rodillas, cubría bien las partes dañadas de su ropa que era prácticamente todo, se colocó sus zapatos busco su celular, la cartera y salió de la habitación 29 o el infierno que era lo mismo.
En la salida rápido tomó un taxi, le dio las indicaciones donde lo dejara, el chófer lo miró por el retrovisor con asombro el omega era un asco total, gracias a Dios era un beta ese chófer si no el olor a sexo que desprendía lo hubiera delatado más, por la pinta que traía Midoriya pareciera que se desvelo en un fiesta.
Llego a su destino pagó y subió hasta su departamento, en cuanto cerro la puerta se dejo caer en el pasillo, comenzó a llorar hasta que sus ojos ardieron de tantas lagrimas después de un buen rato se dirigió al baño se quito todo lo que traía puesto la colocó en una bolsa de plástico para guardarla en un caja al rincón de su clóset no quería tirarla era la prueba de su maldito descuido ese aroma tan fuerte por alguna razón lo quería conservar , regreso desnudo al baño ya bajo la regadera comenzó a tallar su cuerpo tan fuerte que casi se podía sacar la sangre quería sacarse el olor a madera, su entrada aun seguía liberando algo lechoso que pasaba por sus piernas lavó su entrada con cuidado pues no consentía el tacto estaba muy irritado, no era para menos , como pudo lo limpió, duro casi una hora tallando y llorando bajo la regadera.
Salió de baño busco algo de ropa, un pijama holgada, la saco poniéndola en la cama aún con la toalla puesta fue por el botiquín, quería tomar algo para el dolor y también curar las heridas.
Saco la caja que tenia su madre, Inko era la mujer más provisora que pudiera existir, su botiquín estaba lleno de tantas cosas desde médicamente para bajar la fiebre, hasta anticonceptivos, Izuku río un poco al ver todo lo que su adorada madre hacia por él, fue a la cocina para tomar un vaso con agua ya traía en su manos todo un cóctel de medicamento alguna analgésico y una pastilla " post day", ya no tendría que salir a comprarla, después de la noche que paso un bebe era lo menos que quería.
Fue a su habitación se cambió, su celular ya no tenia pila así que lo puso a cargar y decidió dormir tenia mucho que pensar pero su cuerpo estaba agotado.
Mientras tanto Katsuki despertó algo agotado por la madrugada agitada, comenzó a acostumbrar sus ojos a la luz, busco al omega en el cuarto su olor seguía ahí pero no lo podía ver, ya un poco mas consciente se dio cuenta que ya no estaba, se había ido.
Su cabeza le quería explotar pues los recuerdos, de su agresiva noche llegaron, no podía asimilar todo lo que le hizo a ese chico el jamás se había comportado así, quizás si era algo agresivo a la hora de la intimidad pero no a ese extremo.
Se levantó furioso, apretó su puños golpeando la pared, sus nudillos sangraron, comenzó a gritar de frustración como llego a ese punto, se suponía que era su destinado, que lo tenía que amar, cuidar y respetar.
Él había echo todo lo contrario se odia por ellos, tenia que buscarlo pedir su perdón, arreglar la mierda que hizo en esa noche de locura.
Se maldijo tantas veces, ya ni siquiera era digno de estar frente a él, había sido más que un animal con el pequeño omega, lo destrozo física y mentalmente, que clases de Alfa era.... Un maldito abusador, que ya no merecía amor, ese chico experimento la peor faceta de Katsuki.
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NUESTRO DESTINO
FantasyUn día tu mundo cambia de la noche a la mañana eso es algo que Izuku un omega conoce muy bien. Un peliverde de 16 años, estudiante de la mejor preparatoria del país tenia un futuro asegurando bueno al menos eso creía, hasta que un fin de semana yend...