La noche tenía sorpresas para todos, pero si a Izuku le hubiera dicho que caminaría por medio de un fiesta tomado de la mano de Katsuki ese día no lo hubiera creído, pero ahí estaba siguiendo el apresurado paso del explosivo rubio, su mente en blanco no sabía porque lo estaba haciendo pero no podía detenerse parecía como si su cuerpo reaccionaran solo, pasaron el largo pasillo, cruzando la área de las mesas hasta llegar a las amplias escaleras donde unos tipos grandes custodiaban, pensó que ahí terminaría todo pero las personas al ver llegar a Bakugo solo se hicieron a un lado haciendo una reverencia para que el continuara su camino, el pecosa pisaba escalón por escalos le pesaba cada paso que daba aun así lo seguía haciendo, llegaron a un pasillo muy iluminado con una ambientación moderna, pasaron varias puertas el rubio paro sus pasos quedando frente a una enorme puerta negra , todavía seguían tomados de las manos el pecoso se sentía seguro de esa forma no quería soltarlo pero el alfa fue el primero en soltarlo al momento que dejo de sentir la calidez de su piel, Izuku reacciono para darse cuenta donde se encontraba mientras procesaba todo en su mente, Katsuki comenzó a poner un pin que tenía la puerta para poder ingresar fui rápido sus dedos se movieron sin si quiera ponerse a pensar la clave, lo más seguro que no era la primera vez que está en esa habitación.
-Entra-Le ordeno al más pequeño.
Izuku ingreso despacio, el cuarto era enorme fácil cabía la mitad de su departamento en ese lugar, una cama enorme en el centro con sábanas blancas todo era sofisticado, se sorprendió un poco pues Eijiro era un chico de lo más sencillo pero ese cuarto era otra cosa diferente al pelirrojo, camino quedo en medio del cuarto no sabía qué hacer si sentarse en un sillón que se encontraba en una esquina o en la silla cercas del enorme tocador o quizás en la cama, eran muchas sus opciones decidido solo quedarse parado en medio de todo guardando silencio era demasiado incomodo esa situación.
Katsuki lo tomo de la mano otra vez, desde que lo soltó para abrir la puerta quería volver a tener contacto con él, así que no espero aprovecho el hecho de verlo parado, lo sujeto entrelazando sus dedos para guiarlo hasta la cama -Aquí espérame ahora regreso- el chico solo lo miro no respondió nada, el alfa camino hasta una puerta entro y solo estuvo uno corto tiempo ahí salió con una caja blanca en la mano, se sentó en la cama quedando frente al ojiverde puso la pequeña caja en medio de ellos, comenzó a sacar unos frascos, a un hisopo le puso algo del líquido y se lo comenzó a aplicar lentamente al omega en la mejilla, rojo y verde se encontraron sus ojos se fusionaron no se podían despegar la mirada era tan mágico, ambos lo sentían pero ninguno lo admitiría.
- ¡Ouch!- El líquido le comenzó a arder un poco, Izuku sentía como la respiración del alfa en su cara lo estaba poniendo inquieto.
-Perdón... ¿Te duele mucho? - El Katsuki de esa noche era el tipo más educado irreconocible para las personas que alguna vez trataron con él.
-Solo un poco- hablo muy bajito no era tanto el dolo, era incomodo esta tan cercas, todo era un poco extraño en ese lugar.
-Lo siento, ya casi termino aquí- el alfa sabía que era suficiente con solo poner un poco de medicamento, pero no quería alejarse del pequeño chico, no sabía si era ese aroma a fresas, ya lo había olido esa fragancia antes, muchos omegas lo usaban era tan famosos entre ese género, pero con este chico era aún más especial mucho más dulce que en cualquier otra persona, él no era fanático de los aromas dulces pero esta vez quería respirar profundamente y llenar sus pulmones de la esencia del pequeño, creyó que quizás sería efectos del alcohol que lo estaba poniendo algo raro.
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NUESTRO DESTINO
FantasíaUn día tu mundo cambia de la noche a la mañana eso es algo que Izuku un omega conoce muy bien. Un peliverde de 16 años, estudiante de la mejor preparatoria del país tenia un futuro asegurando bueno al menos eso creía, hasta que un fin de semana yend...