Pasaron horas en una habitación de hospital donde la familia Midoriya tenía unos momentos privados, Inko quería quedarse a pasar la noche con su hijo, pero Izuku le insistió que estaría bien, que debería de regresar a su casa para que los niños descansaran adecuadamente, que él estaría bien, Toshinori tuvo que ponerse en favor de hijo, estaba claro que el peliverde no estaría del todo solo, lograron convencerla, igual tenía que ir a trabajar ya había perdido todo un día, aunque su jefa le dije que podía tomarse el tiempo que considerara necesario no quería abusar ya estaba más tranquila, sin más se fueron a su hogar llevando con ellos a sus mellizos que al irse se despidieron dándoles muchos besitos a su valiente papi.
La enfermera entro para llevarle algo de cenar, ya casi le tocaba su medicamento junto a las vitaminas que tomaría por esos meses, el omega comió despacio porque gracias a los golpes, le dolía la mandíbula, no podría comer nada solido por un tiempo, al terminar se volvió a quedar solo, después de que sus hijos se fueron el lugar era tan silencioso que solo escuchaba el aparato junto a la cama que sonaba, se levantó de la cama podía caminar aunque le lastimaba cada paso que daba pero ya estaba enfadado de estar acostado, camino arrastrando el suero llego hasta la ventana grande era una vista tan linda llena de luces y un cielo precioso que era poco creíble que de un cuarto de hospital se tratara estar ahí se sentía como estar de vacaciones hasta la cama era cómoda más que la suya la extrañaría cuando lo diera de alta y esa vista inigualable, estaba tan perdido con lo que podía ver sus ojos que ni siquiera se dio cuanta cuando su alfa regreso, llego y se quedó en silencio.
-¿Qué haces? deberías de estar acostado- El alfa tenía la misma ropa que en la mañana tanto tiempo y ni siquiera fue a su casa para cambiarse, estuvo esperando todo ese tiempo a que el omega despidiera a sus visitas.
-Estoy cansado de estar acostado- se giró para ver a el alfa que llegó.
-¿Cómo estás? - pregunto muy sereno mientras camina para acercarse al omega.
Tenia a una corta distancia al rubio provocaba que el corazón del pecosa se agita -Ya estoy un poco mejor-.
-Ven te ayudare a regresar a la cama- Coloco su mano en la espalda de más pequeño para que se apoyara en él mientras daba unos pasos en silencio hasta la amplia cama, el ojiverde no opuso resistencia podía caminar fácilmente solo, pero no dijo nada tenerlo tan cercas su cuerpo se sentía bien le gustaba esa atención.
-Creí que ya no estaría aquí- decía el chico mientras tomaba asiento en la orilla de la cama.
-No te dejare solo, estaba esperando a que se fuero para regresar contigo- Katsuki era informado de cada detalle que pasaba en ese cuarto.
-Por mi está bien si te vas- Era incomodo imaginar pasar toda la noche juntos, la noche pasada estaba sedado, pero ahora no lo estaría.
-Ya te dije que no te dejare solo- al dejar a Izuku acomodado se dirigió a una de las paredes del cuarto un muro que se diferenciaba un poco de los demás, no era un simple adorno del lugar si no una puerta que abrían un enorme closet, el omega no espero algo así, el rubio saco un pijama que se encontraba bien doblada para meterse al baño.
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NUESTRO DESTINO
FantasíaUn día tu mundo cambia de la noche a la mañana eso es algo que Izuku un omega conoce muy bien. Un peliverde de 16 años, estudiante de la mejor preparatoria del país tenia un futuro asegurando bueno al menos eso creía, hasta que un fin de semana yend...