CAPÍTULO XXXIII

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A veces necesitáis una hostia de realidad con la mano abierta

[RAVEN]

Era increíble ver como en un mes la relación entre Jared y David seguía siendo nula, David pocas veces se sentaba en nuestra mesa y si lo hacía ni se miraban a la cara, por mi parte, David y yo seguíamos muy unidos, habíamos quedado varias veces y con Juls y Naly, pero obviamente Jared no estaba ahí.

¿Y mi relación con Jared? Ha ido creciendo poco a poco, empezamos muy arriba la relación, así que hablamos para tomarnos las cosas con más calma, incluso le he empezado a hablar a mi padre de él y bueno, a mis hermanos terminé contándoles quien es después de que nos vieran en el porche y aunque sé que han preguntado a sus fuentes del instituto cosas sobre él, aún no se lo he presentado oficialmente. Jared se ha convertido en un soplo de aire fresco para mí, siempre está ahí para mí, como con aquel anónimo de la taquilla del que no supe más y yo también estoy para él, sobre todo con lo de David que le afecta más de lo que quiere reconocer.

—¿Estás aquí o en la cama de tu novio? —concentré mi mirada, la cual estaba perdida, en Castiel—.

No hice caso al comentario, realmente en este mes no había pasado nada de lo que estaba insinuando más haya de algún momento de besarnos subido de tono, creo que sigue recordando mi historia con Sam y quiere demostrarme que el no me ve solo como un objeto sexual.

—No seas, imbécil, simplemente estaba pensando ¿Qué decías? —cogí con el tenedor uno de sus trozos de fruta y me lo llevé a la boca—.

—Que de todos los deportes de instituto el lacrosse es de los peores —me reí suavemente y negué con la cabeza—.

A principios de diciembre hacía un frío de cojones, pero había conseguido que mis dos amigos me acompañasen un sábado al partido de los chicos.

—Claro que no, a mí me gusta —hablaba mientras miraba atentamente a Jared, que acababa de coger la pelota con la red—.

—Mientes, antes te parecía de lo peor, como cualquier deporte que no sea el hockey, pero como tu novio juega —dijo una Kaylee que acababa de llegar con los tres cafés—.

—A ver, no se puede comparar con el hockey y no es una genialidad, pero no creo que sea el peor deporte de instituto —cogí mi café y hablé después de darle un largo trago, quemándome ligeramente el paladar y soltando un pequeño gemido de dolor—.

—Te pasa por prisas —le saqué el dedo a Castiel acompañado de una cara de asco—.

El partido iba totalmente empatado y hasta donde llegaban mis conocimientos, quedaba bastante poco para que terminase.

Y estaba en lo cierto, no mucho después marcaron el final del partido con el marcador 5-5.

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Esperaba en la puerta por donde sabría que saldrían los jugadores después de estar en los vestuarios, los primeros en salir fueron Naly y Juls, les felicité animadamente, aunque no estaban del todo contentos por el empate, el que si trajo una sonrisa fue Jared, aunque siento que fue más por verme que por el partido.

—Venga ya, habéis marcado cinco, me parece un montón —intentaba animarlos, me parecía ridículo que estuviesen de bajona después de haber hecho un buen partido—.

—Supongo, pero hubiera estado mejor haberlo ganado —bufé ante las palabras de Juls, que me hagan a mí, la persona más fatalista del mundo, sacarle un lado positivo, tiene delito—.

—Eh, enhorabuena, has jugado la hostia de bien —todos nos giramos para ver a quien se refería Jared y nos encontramos a un David igual de confundido que el resto—.

|No me sueltes nunca| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora