Capítulo XII

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Siento que soy la anti-adolescente.

[RAVEN]

—¿Te mando luego un mensaje? —le decía a Kay mientras salíamos del laboratorio de ciencia después de la clase de química—.

Ella estaba al día de lo que había pasado durante todas las comidas desde el lunes y de mis nuevos amigos. No tenía muy claro si formaba parte del grupo de chicos o no, eran de lo más agradables conmigo y me hacían sentir muy cómoda, incluso Jared, aunque no intercambiáramos más de tres palabras por días aún no nos habíamos tirado de los pelos en toda de la semana.

—Vale ¿Vamos a salir esta tarde por ahí? —por fin era viernes a si que como todos los viernes nos daríamos una vuelta los tres juntos, pero justo hoy no era el día perfecto—.

—No tía, lo siento, mi padre quiere hacer una movida familiar o algo por el estilo —era una excusa de lo más cutre y aunque odiara mentirle no podía contarle la verdad de mis planes—.

—Ah claro, como ahora tienes nuevos amiguitos nos sustituyes, vale, pues vete con ellos —una Kaylee haciéndose la dramática se alejo a mi a paso apresurado, le hubiera seguido si no supiera que solo estaba haciendo drama y no hubiera visto a Castiel un par de metros más lejos esperándole—.

Me acerqué a mi taquilla para dejar mis cosas sin olvidarme de coger el monedero para comprarme algo de comer, hoy estaba de bastante buen humor y no cambió cuando vi que al fondo estaba la mesa de los tres chicos, con un hueco entre David y Juls que no tardé en ocupar después de comprarme algo que llevarme a la boca; ya no me ponía nerviosa estar con ellos, es cierto que un poco tensa en algunos momentos sí, pero eso de estar alerta en mi a todas horas era normal.

—Buenas R —Naly me saludó con una amplia sonrisa la cual no dude en devolverle junto a un saludo que iba más bien dirigido a todos—.

Naly y Juls me llamaban R, David, Ravs y bueno Jared, cuando me dirige la palabra me llama Cooper, lo cual no me disgustaba, aunque siempre odiaba que me nombraran por mi apellido, había algo en la forma que lo decía él que me agradaba.

—Vale, entonces a que hora dijimos que pasábamos a por ti para ir al descampado Raven, no me acuerdo —miré a Juls arqueando una ceja, llevaban toda la semana intentando convencerme de que fuera con ellos—.

—A ninguna Juls, os dije desde el primer día que no me apetece acabar en una ambulancia rumbo al hospital porque me han pegado un tiro en el pecho—no contaba con que supieran de que estaba hablando, pero me equivoqué—.

—¿Conoces a K? —había sido una ilusa en pensar que no iban a conocer la historia de Kevin y cuando Naly hizo la pregunta entré en pánico—.

Mierda, me miraban expectantes, joder ¿Qué iba a hacer ahora? Solo me quedaba disimular haciéndome la tonta.

—¡No! O sea, si, pero no, quiero decir ¡Agh! —no tenía que hacerme la tonta, ya lo era lo suficiente—.

Respiré profundamente y me decidí en contarles una mínima parte de la historia, sabía que solo así iba a salir ilesa.

—Yo iba con Kevin a clase, bueno K, desde prescolar, Jared también —le miré y él asintió dándome la razón—. Hace un año más o menos retomamos el contacto, por bueno, un problema familiar del que dio por un casual que estaba en el momento equivocado en el sitio equivocado, a si que se enteró—.

Tuve que hacer una pequeña pausa para tragarme el nudo que se me había formado en la garganta, contarles algo que no le había contado a nadie a estos cuatro chicos se me estaba haciendo muy difícil.

|No me sueltes nunca| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora