CAPÍTULO XXV

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Raven Cooper me gusta, y no solo me gusta, estoy loco por ella.

[JARED]

Observé como Raven se iba junto a K y yo me giré hacía mis amigos, solo estaban dos de ellos. David no andaba cerca.

Sabía que se había molestado, yo mismo le dije que no sentía una mierda por Raven no se debería haber enfadado porque bailara con ella.

Él no sabía lo que yo había sentido cuando la suave piel de la mano de Raven estaba en contacto con mi cara. No sabía que por un momento me había sentido en paz con ella.

Joder, era un imbécil por habérselo negado a mi mejor amigo, pero sobre todo por habérmelo negado a mí mismo. Raven Cooper me gusta, y no solo me gusta, estoy loco por ella.

Estaba apoyado en una roca observando a mis tres amigos de lejos que hablaban con un grupo de chicas. David había vuelto, aunque podría estar físicamente, pero no mentalmente.

Sabía perfectamente en lo que estaba pensando, estaba pensando en que soy un gilipollas, un gilipollas al que le gusta la chica de la que lleva pillado meses y encima se lo había estado negando todo este tiempo.

Pero, hostia, es que encima se lo había estado negando, se lo había estado negando cuando yo mismo me daba cuenta de que últimamente pensaba más de lo normal en cierta rubia, en nuestros momentos cómplices y en las salidas que se llevaban repitiendo varios días durante estos meses.

Justo cuando iba a coger el móvil para mandarle un mensaje a Raven para saber cómo estaba una notificación suya encendió la pantalla de mi teléfono, no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa, el hecho de aclarar mis sentimientos me había hecho haberme encoñado más, por eso no podía evitar la sonrisa de bobo que tenía mientras leía el mensaje.

Raven

Oye, se ha liado mucho, no quería dejaros pensando porque he desaparecido tanto durante este rato, ven a verme, sabes donde estoy.

No contesté, simplemente me levanté y camine hacía los camiones, no le dije nada de a donde iba, ni de porque me iba, a los chicos. Ya volvería luego, tampoco es que se fueran a dar cuenta de que había desaparecido.

Cuando estuve entre los camiones, justo al lado del rojo, Raven apareció, vestida con un mono blanco y el pelo rubio suelto, cayendo por sus hombros, una pequeña sonrisa se dibujó cuando me vio y se acercó lentamente.

—Voy a correr —fue lo primero que me dijo antes de dirigir la mirada a sus manos con las que estaba jugando nerviosa—.

—¿Y eso? Me habías dicho que no corrías esta noche, por eso venías —no voy a negar que este cambió me había descolocado—.

—Lo sé, pero K tenía un chaval novato que iba a correr hoy por primera vez, ya tenía las apuestas y todo y se ha rajado, no podemos devolver el dinero porque si se retira sin sustitución tendríamos que darles todo. No puedo no ayudarle —deslicé mi mano y agarré la de Raven—.

No sabía a que había venido muy bien esa reacción, pero le noté algo nerviosa así que lo primero que se me ocurrió fue hacer eso. Raven apretó con fuerza mi mano y levantó la vista dedicándome una sonrisa.

—Lo vas a hacer bien, Lilith nunca pierde —Raven negó ante mis palabras y susurró un suave ojalá—.

—Hablando de hacer cosas bien, bailas muy bien, mamón, que además, aún recuerdo cuando me dijiste que nunca querrías bailar conmigo, cuando te lo han propuesto no has dudado —la rubia soltó una carcajada mientras golpeaba mi pecho con su mano—.

|No me sueltes nunca| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora