Los milagros existen, piénsalo, Jesús convirtió agua en vino
[RAVEN]
No acababa de salir del coche cuando el timbre que marcaba la primera hora sonaba, odiaba llegar tarde, pero el primer día tampoco me suponía un problema, no íbamos a hacer mucho esta mañana y así me ahorraba los primeros minutos antes de que llegara el profesor escuchando a todo el mundo hablar de sus maravillosas vacaciones o de lo insoportable que es aguantar a tus padres a todas horas.
Corría por los pasillos que ya se encontraban completamente desiertos junto a Kay, miraba mi horario y no me dio ni tiempo de despedirme cuando entre en mi clase de ciencias en el aula 17B, el profesor solo me dedicó una mirada cargada de réplicas que no dijo, era el primer día, a nadie le apetece echar una bronca y cabrearse el primer día.
Avance entre las mesas hasta que encontré una ni muy al fondo ni muy al principio, a mi lado estaba sentada una chica que conocía de vista con la cual nunca había intercambiado más de dos palabras.
—¿Está libre no? —Ella sabía que me refería al sitio que me acababa de sentar a si que solo asintió y siguió con su mirada clavada en el profesor—.
Tras varias horas de clase salí del aula en la que me encontraba y solté mi cabello rubio de la coleta que lo sostenía, no me gustaban estas, pero con el calor que hacía en las aulas el pelo se pegaba a mi cuerpo a causa del sudor.
Traspasaba las puertas del comedor cuando me llegaba un mensaje de Kay
"Ey R, No m esperes para comer, voy a estar cn el grupo fuera hablamos más tarde"
Le contesté con un simple recibido mientras me posicionaba en la cola para comprar algo que comer. Kay siempre se iba en la hora de la comida con su grupo, había intentado mil veces que me integrara en el, pero ambas nos habíamos dado cuenta de que eso de sociabilizar no se me daba bien.
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Había pasado un buen rato mientras leía el libro que solía llevar en la mochila cuando alguien se sentó frente a mí, levanté la cabeza mientras dejaba mi mano entre el libro para no perder la página en la que estaba y lo que hice fue encontrarme unos ojos azules que me miraban directamente analizando cada detalle de mi cara.
—Hola Raven —David dejaba salir esas dos palabras de sus labios que terminaban en una pequeña sonrisa—.
—David, estoy ahora ocupada ¿te importaría no venir a importunarme en estos momentos? —Noté como su cara cambiaba cuando escuchó aquella compleja palabra y ahora se encontraba confundido—. Oh es verdad, no recordaba que tu vocabulario no era muy culto, te lo diré así a ver si lo pillas, vete a molestar a otra por favor —añadí cierto toque sarcástico en el por favor, pero era obvio que este cabeza hueca no iba a entender ese pequeño matiz—.
—Vaya Ravs, juraría por tus palabras que no quieres volver a verme en la vida, aunque tus labios no decían lo mismo hace unas semanas —mientras hablaba con su arrogancia característica deslizo su mano por la mesa hasta posarla sobre la mía que descansaba sobre mi libro—.
—¿Por qué eres tan gilipollas David? ¿Te han educado en una perrera o como va el asunto? —con mi otra mano cogí la suya y la retiré de encima de la mía con un gesto algo brusco, aparté mi mirada de él y volví a prestar mi atención al libro cuando algo volvía a interrumpir de nuevo—.
—David tío, no te he visto en toda la mañana —una mano bastante grande se apoyaba en el hombro de David el cual se levantó justo cuando yo seguí con la mirada el fuerte brazo del chico hasta posar mis ojos en su rostro, oh mierda ¿No voy a poder comer y leer en paz? —.
—Ostia Jared, no pensaba que vendrías ya el primer día si llegaste ayer, no has cambiado nada desde la última vez —realmente David no tenía razón, si que había cambiado y bastante, era más alto el cabrón, su voz se había vuelto más ronca y sensual y a parte de que se había tonificado mucho, además varios tatuajes decoraban la piel que no estaba cubierta por tela—.
Me había quedado tanto tiempo observándole que había perdido el hilo de su conversación, justo cuando me di cuenta de esto su mirada se posó en la mía y yo no pude evitar quitarla con suma rapidez.
—¿Raven? Dios Cooper ¿eres tú? —mierda, era obvio que me había reconocido, mi cerebro estaba entrando en cólera ahora mismo, las palabras no salían de mi garganta ¿Por qué narices estaba así por hablar con ese imbécil? —.
—S-si Jared, soy yo, Raven —Y encima me trababa al hablar, vi que le daba la vuelta a la mesa y se acercaba a mi ¿A caso pretende abrazarme? Se me acababa de formar un nudo en el estómago, odiaba que me abrazaran y más si era él—.
—No me creo lo diferente que estas —y lo que me esperaba sucedió, cogió mi brazo y tiro de mi haciendo que me levantara y chocará contra su pecho para después abrazarme—.
—Ya ves Jared, la gente cambia a lo largo de los años, que sorpresa —conseguí deshacerme del abrazo y me quedé frente a él, joder, claro que había crecido, me sacaba cabeza y media por lo menos—.
—Oh, echaba de menos hasta tu sarcasmo Cooper —soltó una gran carcajada y hasta David se reía también, David, me había olvidado de él, también seguía aquí—.
—Venga ya Jared, lo dices como si hubiéramos sido amigos de toda la vida o algo por el estilo ¿Cuando fue la última vez que tuvimos una conversación con más de dos frases y que no fuera para dejar claro que no nos caímos bien mutuamente? Cuando teníamos 10 años, 11 tal vez —negué con la cabeza y me senté de nuevo sobre la mesa, chasqueé la legua, había perdido la página por la que iba—.
Antes de que contestará recogí mis cosas con rapidez, si, iba a ser una cobarde y le iba a dejar con la palabra en la boca, pero debería haber huido desde que David se sentó en mi mesa, no se me daba bien la interacción social.
Miré la hora en mi teléfono, iba a sonar el timbre en escasos minutos, pero ahora necesitaba aire, la verdad es que esa situación me había agobiado más de lo que debería, me senté en uno de los bancos a la entrada del instituto y le mandé un mensaje a Kay.
"No voy a ir a clase, me voy a quedar fuera no tengo mucho ánimo ahora mismo para aguantar una clase de Historia, luego hablamos."
No mucho después cuando el timbre sonó recibí un mensaje suyo, me había visto salir del instituto, estaba preocupada por mí.
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¿El timbre volvió a sonar? Vaya, se me había pasado la hora volando, había estado toda esta perdida en mis pensamientos, la gente salía como fieras del interior, parece ser que ya no iba a haber más clases hoy. Otro mensaje de Kaylee.
"La tortura particular de Samuels ha terminado, espera en las escaleras"
No pude evitar reírme, aunque Samuels era muy buen profesor, eso no lo quitaba el tono monótono de su voz o lo pesadas que se podían hacer sus clases algunos días.
—Raven, estoy aquí —Kay se aproximó a mi y se quedó frente a mi esperando a que yo dijera algo, entendí lo que quería así que no me fui por las ramas—.
—Cuando estaba en la cafetería ha venido David a hablar conmigo y de la nada nos ha interrumpido Jared, me he puesto completamente a la defensiva y eso que él ha sido bastante majo conmigo, igual después de tres años ha cambiado y no es un niñato repelente —empecé a andar mientras hablaba sabiendo que mi amiga me seguía, le conté un poco por encima lo que habíamos dicho—.
—Me cuesta creer que se le hayan bajado los humitos de estoy bueno y me lo creo, pero bueno, los milagros existen, piénsalo, Jesús convirtió agua en vino —amaba el humor de Kaylee y eso se demostraba con la risa que salió de mi garganta tras sus palabras—.
Una vez que entramos en su coche, se olvidó todo, yo no quería sacar el tema y martirizarme por ser tan estúpida y Kay sabía que no quería hablar de ello.