Podría vivir en Hollywood, pero esto no era ninguna película.
[KAYLEE]
Castiel y yo caminábamos por mi vecindario, era viernes y había mucha tranquilidad para serlo, aunque no podía decir lo mismo de las calles de Los Ángeles centrales que habíamos estado transcurriendo toda la tarde.
Me daba pena que Raven no hubiera podido quedar con nosotros y tenía la mosca detrás de la oreja respecto eso, aunque no era la única, hablándolo con Castiel a él también le había parecido muy raro que volviera a repetirse le patrón de, no puedo quedar hoy, tengo, insertar excusa, de muchos de los viernes del año pasado.
-¿Crees que nos puede estar ocultando algo? -giré la cabeza hacía Castiel y suspiré con delicadeza-.
-Esto no es algo que empiece desde ahora, ya lleva años que tiene muchas tardes ocupadas, si en serio nos oculta eso, creo que es algo muy gordo -como era común en el hablaba con tranquilidad, lo que hacía que su voz grave me calmara-.
-¿Y si hablamos con ella? Simplemente preguntarle, para que nos quedemos más tranquilos -me deslicé poniéndome frente a él, haciendo que mis ojos se toparan con los suyos, tan únicos-.
-Kay, si es verdad que pasa algo desde tanto tiempo y no nos lo ha dicho, no creo que sea fácil de decir, pero además, ¿Crees que Raven nos ocultaría algo si fuera tan grave como para tener viernes o sábados ocupados durante tanto tiempo? -la mano de Castiel busco la mía, agarrando esta para encontrar una forma de calmarme, él sabía lo preocupada que estaba por Raven, joder, es mi mejor amiga-.
-Tengo miedo de que este en un lio tan gordo que no nos pueda ni contar -apoyé mi frente sobre su pecho, en el fondo me alegraba de poder estar soltando lo que llevaba pensando tanto tiempo-.
-Creo que simplemente tenemos que estar ahí, si de verdad es algo gordo terminara saliendo, conocemos a Raven y también sabemos que ella confía en nosotros -la mano libre de Castiel se posó sobre mi mentón y lo levantó para que volviera a mirarle a los ojos-.
Sin entender aún muy bien porque, me puse de puntillas y sin pensar ni un solo momento, junté mis labios a los suyos, apoyando una de mis manos en su pecho. Me reconfortó el hecho de que él no se separara y siguiera mi beso, moviendo sus labios al conjunto de los míos y posando uno de sus brazos alrededor de mi cuerpo, acercándome a él.
Tras un par de segundos, aparté mis labios de los suyos y me bajé, no pude mirarle a los ojos a si que mi mirada estaba clavada en mis zapatillas.
Silencio, eso es lo que había, ninguno de los dos había articulado palabra hasta que yo rompí este incómodo silencio.
-Creo que es tarde, mi madre tiene que estar esperándome -le había soltado la mano y por fin, desde el beso le miré a los ojos, ojos que, por primera vez en mi vida, no supe descifrar-.
-Claro, te acompaño, que solo es seguir la calle hacía adelante, pero tampoco te voy a dejar sola -genial, estaba desvariando, eso significaba que no sabía ni que decir, era estúpida-.
Caminamos en completo silencio por el vecindario, solo se escuchaban nuestras pisadas sobre el suelo y los coches que conducían por el asfalto. Cuando me dejó frente a mi puerta simplemente me revolvió el pelo y se despidió alejándose, ni una sonrisa, ni un abrazo, nada. Me quedé mirando como se iba lentamente y sin girarse. Podría vivir en Hollywood, pero esto no era ninguna película.
[RAVEN]
Cuando Jared entró en el baño yo me senté sobre su cama, tenía una guitarra española sobre la cama así que la cogí colocándola entre mis brazos para tocar algunos acordes, llevaba toda la tarde dándole vueltas al asunto Kaylee, no quería que su amistad con Castiel se fastidiara, pero es que si se fastidiaba era porque querían, porque sé que ambos están perdidos por el otro.