CAPÍTULO XIII

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El sueño húmedo de cualquier tío hetero al que le guste esta mierda.

[JARED]

La música de la Pick Up de David sonaba a todo volumen, según él para ponernos en contexto para esta noche, porque por lo que me han explicado es como si fuera una fiesta al aire libre que gira en torno a una carrera.

-¿Sabéis que va a competir hoy? Llevaba todo el verano sin aparecer -es obvio que me había perdido parte de la conversación porque no entendía de quien hablaba Naly-.

-¿Quién lleva todo el verano sin a aparecer? -David me miró por el retrovisor interior con una cara que claramente me reprochaba el que estuviera tan empanado-.

-El ángel de la muerte, también conocida como Lilith, la chica que está debajo del casco de la diosa de las carreras -Juls hablaba mientras David buscaba un sitio donde aparcar, lo cual no parecía muy difícil, porque haciéndole honor al nombre era un descampado-.

-Ehm, si claro, ella, aja -no había entendido una mierda-.

-Déjame terminar, ella lleva compitiendo ya un tiempo y no deja títere con cabeza, es un flipe de tía, pero nadie sabe quien es, como mucho se sabe su nombre -Juls se había girado hacía mi mientras narraba la biografía de esa chica-.

-Vamos, el sueño húmedo de cualquier tío hetero al que le guste esta mierda -dije en resumen de lo que me acababa de contar-.

-No lo habría concluido de mejor forma -añadió Naly mientras bajaba del coche de un salto, dando paso a que los demás hiciéramos lo mismo-.

Dios, el ambiente era increíble, había la hostia de gente, barras donde servían bebidas, altavoces enormes de donde salía música y todo esto alrededor de lo que parece la línea de salida, lo supe porque ya había varias relucientes motos ahí.

-¿Vamos a por algo donde Jimmy? -Juls me dio un golpecito en la espalda sacándome del trance-.

-Os acompaño, pero os recuerdo que hoy no bebo, soy el que vuelve conduciendo -no me jodía eso, yo mismo me había ofrecido para hacerlo, no me apetecía beber hasta que ni olvidara la fiesta en casa de Juls-.

Caminamos hasta un puesto de toldo rojo, no había ni la mitad de gente que había en los otros a si que algo me dijo que este tenía algo más especial.

-Pero bueno K, no te esperábamos tomando un descanso -me costó un poco reconocer al chico al que se dirigía David-.

Su pelo rojo fuego recogido en un pequeño moño en la parte de atrás de su cabeza me dio una pequeña pista, Kevin no había cambiado nada, seguía teniendo esas pintas de estrella de rock, le observé atentamente, aunque no fuéramos muy amigos antes me alegraba de verle bien después de lo que me habían contado que había pasado; saludó a mis tres amigos antes de llagar a parar frente a mí.

-¿Adams? Que sorpresa verte aquí -parecía claramente sorprendido, me tendió su mano y no dudé un segundo en darle un pequeño apretón-.

-Bueno, me han arrastrado un poco a que conozca sus nuevas costumbres -dirigí mi mirada a mis amigos pero vi que ellos se fijaban en algo detrás de mí a si que me giré y seguí su mirada-.

Alguien venía a paso seguro hacía nosotros, llevaba un mono de motociclismo negro que ceñía unas curvas femeninas bastante bonitas, su cabeza estaba tapada por un casco del mismo color y ni el visor dejaba ver ni un mínimo detalle de quien estaba detrás, lo admito, me había puesto muy cachondo.

-¡Lilith! ¿Qué haces por aquí? -Kevin fue el que rompió el momento, si, estaba viendo a la chica venir hacía nosotros en cámara lenta, como si fuera una película chorra de amor-.

La chica simplemente se acercó a él y le entregó un sobre blanco, no habló y tampoco hizo nada más pero el chico le entendió.

-Que, vais a pujar por mi angelito de la guarda -Kevin se estaba dirigiendo hacía nosotros mientras guardaba el sobre de dinero en un bolsillo interior de su chaqueta y pasaba el brazo por los hombros de la chica, que no mediría más de un metro setenta-.

Ella se veía totalmente cómoda con el gesto del chico, pero si se le notaba algo inquieta, deduje que era por el hecho de que le iba a tocar correr dentro de poco.

-Claro que no, sabes que ni entre los cuatro podríamos pagar los precios tan insanos de estas apuestas -todos se rieron de la ocurrencia de David e incluso juré escuchar una risita provenir de debajo del casco-.

Pero la compostura de la chica volvió y le indicó a Kevin con un pequeño movimiento de cabeza hacía la derecha que se tenían que ir, a si que tras despedirse, la chica con un movimiento de mano y el chico con un choque de puños se dieron la vuelta y se encaminaron lejos de ahí. Mientras se iban observe la espalda de la chica, en el mono tenía un par de alas de ángel espléndidas y una frase "fuck you" no pude evitar reírme, que eso fueran lo que veían sus competidores cuando iban detrás de ella era bastante cómico.

-¿Vosotros también le habéis escuchado reírse con lo que he dicho? Dios, se me ha puesto hasta dura -David ya había entrado en su mundo de imaginación y fantasía-.

-En serio, creo que debería mirárselo -les dije a mis otros dos amigos entre risas, aunque para ser ciertos, mi reacción al verla había sido la misma-.

Entre cervezas y risas se nos pasó media hora volando y los altavoces por donde salía estruendosamente música la cortaron dando paso a una voz, la voz de Kevin, anunciando que iba a empezar la carrera en escasos minutos.

Decidimos subirnos a una piedra que había detrás del puesto donde estábamos tomando algo para verlo mejor.

La gente se había alejado del área señalada, por lo que había entendido iba a haber varias carreras a lo largo de la noche y en esta solo iban a competir dos personas, el ángel de la muerte y otro tío que era de otra ciudad cercana a Los Ángeles.

Ambos se dieron la mano cordialmente y se subieron a sus increíbles motos de carreras, hicieron rugir el motor lo que encendió a la muchedumbre que les vitoreaba y se volvía loca, en escasos segundos la chica que estaba en la parrilla hizo ondear la bandera y ambas motos salieron a toda velocidad.

Era un flipe, era como si estuvieras en una carrera de Moto GP. Mi mirada no se despegaba de la chica, era increíble como se manejaba en la moto y como recortaba curvas dejando a su contrincante atrás.

Quería aprender a montar en moto, saber como era la adrenalina de esta sobre una y meterle velocidad, era obvio que me iba a sacar antes el carnet de moto que el de coche, lo tenía decidido.

La chica no tardó mucho en sacarle bastante ventaja, tanta que el otro cruzó la meta dos minutos más tarde que ella.

La chica bajó de su moto nada más frenarla tres metros más lejos y un grupo de gente no tardaron en rodearla, estos me bloqueaban la visión pero diferencié rápido como se escabullía sin ser vista, excepto por mí. Fue hacía alguien que hasta de lejos reconocí por su pelo rojo, Kevin; ambos se abrazaron y ella empezó a brincar como si fuera una cría pequeña.

Había algo en ella que me atrapaba y me hubiera quedado mirándole horas como si fuera un puto acosador pero la mano de Naly se posó sobre mi hombro.

-Vamos abajo tío -le miré y asentí, me levanté procurando no caerme de la piedra y dirigí de nuevo mi mirada a donde le había visto por última vez, pero ya no estaba ahí-.

|No me sueltes nunca| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora