Poseía un práctico traslador que nos permitiría viajar a Francia. Lo había adquirido no mucho tiempo atrás y resultaba invaluable en situaciones de emergencia como la que estábamos viviendo. Draco tomó mi mano con firmeza y, en un abrir y cerrar de ojos, desaparecimos de la mansión para materializarnos en un callejón de París.
Aunque su rostro mostraba cierto descontento al percatarse de que habíamos llegado al mundo muggle, no le di mucha importancia y lo insté a seguirme mientras lo llevaba hacia la bulliciosa calle principal. Nuestros ojos se posaron en un imponente edificio de 30 pisos que se alzaba majestuosamente ante nosotros, mostrándonos su lujo y grandiosidad.
El vestíbulo estaba elegantemente decorado con una paleta de grises y dorados, creando un ambiente sofisticado y acogedor. Pequeñas mesas adornadas con hermosas Lisianthus blancas ofrecían un toque de delicadeza, donde los huéspedes podían colocar sus cafés o pertenencias con elegancia.
—No estás siendo sincero, Lyra –agarró mi brazo para atraerme hacia él–. Me has traído al mundo muggle —dijo con enfado.
—Cálmate –le ordené al percatarme de que el gerente se aproximaba–. Tendremos una conversación, pero no aquí –susurré.
—Bonne nuit, mademoiselle Shafiq et monsieur –saludó el gerente al acercarse a nosotros.
—Bonne nuit, monsieur –respondí con cortesía al saludo.
—Votre chambre est prête à vous accueillir, et comme toujours, nous sommes à votre service –me entregó las llaves y luego instruyó a un botones para que nos ayudara con el equipaje de Draco.
[Tu habitación está lista para recibirte, y como siempre, estamos a tu servicio.]
—Merci, Monsieur. S'il vous plaît, dites à M. Thomas demain matin que je suis en ville et qu'il entre en contact avec moi dès que possible –el gerente asintió ante mi solicitud.
[Gracias Señor. Dígale al Sr. Thomas mañana por la mañana que estoy en la ciudad y comuníquese conmigo lo antes posible.]
Juntos subimos hasta la suite donde pasaríamos algunos días. Al entrar a la habitación, quedó claro que seguía siendo una maravilla; la vista daba justo hacia la majestuosa Torre Eiffel, mientras las luces de la ciudad se extendían en un espectáculo hipnotizador. Frente a los ventanales, encontramos una amplia sala en tonos blancos y un pequeño comedor a un costado. Mi mirada se posó en el piano negro que seguía en su lugar, creando un contraste perfecto con todo lo que lo rodeaba.
Instantáneamente, una mezcla de emociones me invadió al verlo, recordando por qué no había vuelto a este lugar.
—Ahora me explicarás por qué me trajiste aquí –exigió enojado. Su voz resonaba detrás de mí, indicando que no se había movido de la entrada.
—Malfoy –suspiré, agotada. No quería pelear, no otra vez, así que simplemente me dirigí hacia la habitación principal–. No estoy de humor ahora, mañana te lo explicaré –me detuve al no escuchar sus pasos y volteé para mirarlo, arqueando una ceja–. La suite solo tiene un dormitorio disponible, no tengo problema en compartir la cama, pero si no te sientes cómodo, puedes dormir en el sofá o esperar en el vestíbulo para ver si Ronan puede conseguirte una habitación.
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Los Elegidos Parte 1 [EN EDICIÓN]
FanfictionTras el fin de la segunda guerra mágica, muchas familias de sangre pura perdieron su estatus en la sociedad mágica. Él creyó que con la muerte del señor tenebroso finalmente sería libre, mientras que ella pensó que podría decidir su propio destino s...