Chapter 10 Pt.2

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Lyra finalmente se había quedado dormida, por lo poco que la conocía supe que no la estaba pasando bien, lo distinguí por la manera desmedida en que tomaba

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Lyra finalmente se había quedado dormida, por lo poco que la conocía supe que no la estaba pasando bien, lo distinguí por la manera desmedida en que tomaba. Ella era tan difícil de soportar debido a sus aires de grandeza, pero especialmente por su seducción innata, que era todavía peor cuando lo usaba a voluntad.

Tenía que admitir que me resistí a responder a sus provocaciones, porque ni ella, ni yo estábamos listos para pasar esas barreras que hemos levantado desde el momento cero.

No era estúpido como para ignorar la ira que nació cuando la tocaron; algo dentro de mí quería destrozar al borracho que puso sus manos encima de ella, pero todo se empeoró cuando estalló el escándalo de Daphne. Pelear con mi novia no era mi actividad favorita, sin embargo, preferí mandarla al carajo por la actitud infantil que ambas quisieron adoptar. Era molesto que la gente que andaba con nosotros se atreviera a actuar como animales.

Me levanté de la cama a pesar del mareo persistente; consecuencia de todo lo que bebí. No estaba tan mal como Lyra, pero tampoco tan bien como para ponerme la camisa, por culpa del calor. Cuando me estaba por acostar a dormir, noté que la pelirroja comenzó a moverse mucho al mismo tiempo que emitía quejidos casi inaudibles, al menos fueron lo suficiente perceptibles como para darme cuenta de que estaba teniendo una pesadilla. .

Supongo que no éramos muy diferentes después de todo.

—Lyra –le hablé suavemente, moviendo sus hombros–. Lyra, despierta.

—¡No, por favor! No me lastimes –sus gestos eran dolor puro. Instintivamente, pase mis nudillos suavemente por su mejilla, deslizándose hasta su mandíbula.Mi acción ocasionó que ella abriera los ojos de golpe mientras la agitación y el sudor predominaba en su cuerpo–. Draco, ¿qué estás haciendo?

Se incorporó en el colchón al mismo tiempo que tomaba asiento a su lado.

—Creo que estabas teniendo una pesadilla –el verde de sus ojos brillaban con una oscuridad turbulenta–. ¿Estás bien?

—No sé –me evadió la mirada.

Algo en todo esto me hizo evocar la noche en que Máximo la atacó; el dolor de cada grito y la impotencia por no haberlo parado a tiempo se revivieron. ¿Cuánto habrá sufrido esta chica?

— Cualquier cosa que necesites, puedes decirme –no solía ser amable con nadie, mucho menos con ella, no obstante, algo cambiaba cuando su lado vulnerable salía a la luz.

Ella asintió, a la vez que me levantaba de su cama, dispuesto a darle espació.

—Espera –me tomó de la mano–. No te vayas.

Voltea a mirarme, descubriendo el motivo por el que había mantenido su mirada baja; sus ojos estaban cristalizados.

—¿Puedes dormir conmigo?

¿Oía bien o me empezaba a afectar los efectos del alcohol? Ella me estaba pidiendo que me quedara en su cama. No sabía lo que esta chica revolvía dentro de mí, pero no pude negarme a aceptar, así que terminé acomodándome a su lado. Si la situación ya era extraña debido a su pedido, lo fue aún más cuando se acurrucó contra mi pecho. Este movimiento me sorprendió porque no lo esperaba, pero al mismo tiempo me llenó de una extraña sensación que me confirmó que lo que estaba soñando era algo que la asustaba.

Los Elegidos Parte 1  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora