Chapter 14

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Desperté con el corazón latiendo rápido, mi respiración irregular no se aquietaba a pesar de mis intentos por controlarla

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Desperté con el corazón latiendo rápido, mi respiración irregular no se aquietaba a pesar de mis intentos por controlarla. Aquella pesadilla se percibía tan tangible, tan vívida como varias otras que había experimentado en el pasado, pero, ¿por qué estaban regresando?

Pasé mis dedos por mi cabello en un intento inútil por calmarme, la sensación de vacío y presión en mi pecho era tan intensa que nada podía atenuarla. En ocasiones, desearía borrar cada recuerdo de él para poder vivir sin la constante sensación de estar en ese mismo infierno. No obstante, hacerlo solo traería más dolor, ya que, a pesar de mi sufrimiento, esos recuerdos son el recordatorio de que soy una sobreviviente.

¿Cuánto tiempo estuve sumida en esa pesadilla? No lo sé, y precisamente por esa razón siento la urgencia de revisar la hora. Me incorporo rápidamente de la cama al darme cuenta de que me tomé más tiempo del necesario. Apenas cuento con unos minutos para ducharme y arreglarme.

Al salir de la habitación, me aseguré por segunda vez de que mi vestido color rojo vino estuviera perfecto, a pesar de saber que está bien. No puedo evitar hacerlo antes de cada evento, ya que es una compulsión a la que me aferré desde niña. Me detengo en seco al levantar la mirada y notar que Draco lleva un traje de tres piezas del mismo color que mi atuendo. ¿Acaso se dio cuenta de lo que iba a usar?

—Vaya, parece que Draco Malfoy decidió usar un color que no es negro –me burlo mientras me acerco a él.

—Luces hermosa, Lyra –voltea a verme con una sonrisa amable.

—Y además amable –repliqué con sarcasmo. Por más irracional que sea, no puedo evitar tomar su corbata y ajustar el nudo. No me juzguen, mi compulsión a veces es bastante molesta–. ¿Quién eres y qué has hecho con el Malfoy que conozco?

—Cállate –dijo en tono serio. Y allí estaba–. Vámonos –me ofreció su brazo.

Tomándolo del brazo, salimos de la habitación y nos dirigimos al salón de eventos. En el transcurso, le pregunté acerca de su paseo por las tiendas. Gran error. El rubio me proporcionó lujosos detalles de su excursión, incluso cómo la mujer que lo acompañó fue extremadamente amable, llegando a compartir un café.

Una molestia incipiente se agitó en mi interior, algo que tuve que contener para no reaccionar. Cuanto más me contaba, más aumentaban mis ganas de golpearlo. Por suerte, un cabello castaño bien peinado y cuidado hizo su aparición a la vista. Thomas Fawley se enfundaba en un traje gris acero de tres piezas; ese sujeto siempre lucía impecable, dispuesto a conquistar a las mujeres solteras e incluso a las que no lo eran.

—Parece que coordinaron sus atuendos –se burló Thomas en cuanto notó nuestra presencia.

—Sigue intentando ser gracioso y te quedas sin trabajo, Fawley –de hecho, ya estaba en camino de perderlo solo por el asunto de "la" asistente.

¿En qué medida te afecta eso?

—Te compadezco amigo –miró a Draco.

A pesar del tono jocoso en el ambiente, no pude evitar notar que mi amigo se percató de que aún estaba aferrada al brazo del rubio.

Los Elegidos Parte 1  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora