Chapter 23

2K 169 12
                                    

Mi ánimo mejoró considerablemente, especialmente cuando Malfoy soltó una amenaza como broma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi ánimo mejoró considerablemente, especialmente cuando Malfoy soltó una amenaza como broma. Aunque soy consciente de la formalidad que define lo que tenemos, no es tan rígida como para imponer reglas sobre lo que debo hacer o sentir. Aun así, el resto del viaje transcurrió en calma, con una conversación que avanzaba de manera pausada y a veces incómoda. Sin embargo, cada vez que su lado posesivo salía a flote, algo en mí se encendía, alimentando mi ego y despertando una atracción latente.

Uno de los temas que discutimos fue cómo manejar nuestra nueva relación. Ambos coincidimos en que lo mejor sería mantenerla en secreto, aunque sabíamos que necesitábamos contar con el apoyo de nuestros amigos más cercanos para crear una estrategia sólida. Tanto Draco como yo éramos conscientes de que nuestra reputación nos precedía, y contar con su respaldo era esencial.

Así que, al llegar al castillo, nos separamos de inmediato para buscarlos. Draco lo tuvo fácil, ya que Pansy y Blaise lo esperaban juntos en la entrada. Yo, por mi parte, comencé a recorrer los pasillos en busca de los dos hermanos, convencida de que estarían por ahí, en algún rincón familiar.

¿Dónde carajo estaban?

—Así que lograste robarme a mi novio, como la vil zorra que eres.

La voz aguda me hizo detenerme en seco, justo en medio de uno de los jardines vacíos. El eco de sus palabras resonaba en el espacio solitario, interrumpiendo mi paseo. Me giré lentamente, encontrando a Greengrass con los ojos entrecerrados, mirándome como si ya estuviera lista para matarme.

—Creo que me estás confundiendo contigo, Greengrass —respondí con calma, cruzando los brazos mientras la observaba con una sonrisa fría en los labios, dispuesta a no darle ni un centímetro de terreno.

—Eres una maldita puta, y me da igual que seas la líder de nuestro grupo social.

Mis dedos se crisparon en un reflejo de autocontrol, pero mantuve mi postura firme. La miré de reojo, impasible.

—Y a mí no me interesa discutir con alguien que presume de moralidad, pero a espaldas de todos actúa como una prostituta. Así que, adiós, Astoria —dije con voz firme, girándome para marcharme, decidida a no perder más tiempo.

Apenas había dado un paso cuando sentí el golpe. La bofetada me tomó por sorpresa, haciéndome tambalear un poco. El ardor en mi mejilla fue inmediato, y por un segundo, el aire pareció detenerse mientras procesaba lo que acababa de suceder.

—Ni lo sueñes, Shafiq —escupió Astoria con furia, mientras su mano aún temblaba por el impacto.

—¡¡ASTORIA!! —gritaron con furia al mismo tiempo que la apartaban bruscamente de mí, tomándola por el brazo—. ¿Estás bien? —me preguntaron con evidente preocupación.

Miré a quien me hablaba, pero mis ojos se detuvieron en Draco. Sus ojos grises fluctuaban entre claros y oscuros, como si librara una batalla interna. ¿Era preocupación lo que veía o furia contenida?

Los Elegidos Parte 1  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora