Han transcurrido algunos días desde la noche de mi pesadilla y el ataque que sufrí. Podría decir que todo ha vuelto a la normalidad, pero la realidad es que las cosas no son exactamente como antes. Durante este período, me he sumergido en el trabajo y, al mismo tiempo, he permitido que Draco me acompañe. He notado que se esfuerza por comprender el funcionamiento de mis negocios.
Lo irónico de la situación es que el hombre que profesa su odio hacia los muggles resulta ser el mismo individuo que, en ocasiones, se sumerge en conversaciones empresariales. No siempre tiene éxito, y me atrevería a afirmar que su presencia, que considero odiosa, me resulta entretenida. Observar sus gestos cuando algo no le parece correcto o cuando le llevan la contraria provoca en mí una sonrisa, que siempre logró ocultar.
No solo me sorprendió esto, sino también el hecho de que muchos inversores parecieron centrar su atención en mí una vez que supieron que estaba acompañada. Odiaba que este mundo menospreciara a los jóvenes empresarios, pero lo detestaba aún más cuando me daba cuenta de que todos esos veteranos estaban interesados en mis propuestas sólo porque un rostro masculino estaba a mi lado.
En silencio, Draco y yo nos dirigimos a mi oficina después de haber concluido la última reunión programada de la semana. Aún nos quedaba una más, aunque no auguraba descanso ni diversión. Excepto, claro está, por los momentos en los que a Draco le gustaba interrumpir mi paz o concentración. Resulta que encuentra atractivo manosear mis piernas justo en medio de las reuniones.
No es que fuera una mala idea, pero el maldito solo intensificaba mis deseos, especialmente porque, desde aquella noche, no hemos vuelto a tener intimidad. Aunque su cercanía en la cama me brinda una sensación de seguridad y tranquilidad que no experimentaba desde hace años. A veces, al mirar a Draco, reflexiono sobre la dirección que estamos tomando. Ambos sabemos que nuestro compromiso es inevitable; sin embargo, el aspecto sexual no formaba parte de mi plan principal.
Por esta razón, me he resistido a entregarme por completo a su juego. Sin embargo, resulta increíblemente difícil resistirse; cada roce de sus dedos en mi piel provoca una sensación ardiente que eriza mi piel y genera calor entre mis piernas. Nunca antes me había visto obligada a contenerme para alcanzar el placer, pero ahora lo hacía. Aunque me aseguró que yo no era un simple juego, apenas unas semanas atrás le juraba amor a su novia. Ahora utiliza esas mismas palabras para protegerme. ¿En qué sentido?
La lujuria amenazaba con consumirnos con tal intensidad que temía que acabaríamos reducidos a cenizas. No podía dejar de pensar en cómo poseyó mi cuerpo esa noche y la siguiente mañana. La unión física desencadenó una liberación de oxitocina que me hizo buscarlo como si fuera un adicta. Su técnica, maldita sea, resultó mucho más efectiva que cualquier poción.
No pensaba confesarle eso; Draco se regocijaría, sobre todo porque estaba acostumbrado a recibir todo sin restricciones, y yo pretendía enseñarle que eso no aplicaba conmigo. Al llegar a mi oficina, Draco cerró la puerta tras él. Una vez adentro, permanecí a pocos centímetros de distancia, observando qué pasaría. En esta reunión, había estado llevándome a límites enloquecedores.
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Los Elegidos Parte 1 [EN EDICIÓN]
أدب الهواةTras el fin de la segunda guerra mágica, muchas familias de sangre pura perdieron su estatus en la sociedad mágica. Él creyó que con la muerte del señor tenebroso finalmente sería libre, mientras que ella pensó que podría decidir su propio destino s...