61- El suceso del verano

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— Malditos mocosos impertinentes — Llega Martha peleando al comedor y todos nos tapamos los oídos rápidamente, este dolor de cabeza nos está matando — Ya no aguanto otra queja más de ustedes, que fue lo que hicieron anoche.

— Ah no Martha, no tenemos culpa de que Julián no le quisiera dar amor anoche, bájale dos — Niega Murray y todos nos tragamos enormes risas, Julián es el hombre con el cual la encontramos antes de ayer aquí en la casa.

— Cállate mocoso bastardo — Le pelea y lo golpea en la cabeza — Hoy es el último día de la búsqueda y mírenlos como están, apestan a alcohol y la resaca los está matando, no podían esperar.

— Y si me muero hoy, una rumba nunca se traspasa — Niega Murray fingiendo indignación y lo vuelve a golpear.

— Hoy te vas a morir sí, pero de la paliza que te voy a dar.

Empieza ahorcarlo y todos nos quedamos en shock, pero la agarramos rápida para que deje de estrangularlo, joder no pensé que marta fuera tan peligrosa — Si mamá perdónalo, sabes que es medio retrasado — La calma Wein y esta asiente recuperando la compostura.

— Bien, como sea, suban y vayan a bañarse y arreglarse, el concurso empieza en una hora.

Suspira para salir del comedor y Murray lloriquea acariciándose el cuello, me levantó suspirando para ir a mi habitación, cierro la puerta detrás de mí y veo la carta que mi padre me había enviado, aún no la he leído, observó nuevamente mi tatuaje nuevo mirando lo que dice, son unas letras así que trato de leerlas "todo pasa por algo y lo que no también" leo y mis ojos se abren con sorpresa esa frase, esa frase es de mi libro favorito, escrito por el hermano de Murray, definitivamente si me quisiese tatuar algo en mis 5 sentidos activos hubiese sido esto, la puerta se abre dejando entrar a Murray y me sonríe levemente caminando hacia mí — Lamento lo del tatuaje, ayer estábamos demasiado borrachos — Dice agachándose a mi altura y niego levemente rodeando mis brazos en su cuello.

— Descuida, me gusta — Sonrió — Es una de las frases favoritas del libro, me sorprende que te las sepas.

— Lo he leído tantas veces que ya perdí la cuenta.

Niega ahora en un tono débil y lo tomó por el mentón para que me mire y le sonrió plantándole un leve beso y se abalanza sobre mi dejándonos caer encima de mí para seguir con el beso, este hombre no necesita mucho para prenderse — Y que te elegí yo — Digo ahora curiosa ya que no veo el suyo y levanta su brazo izquierdo dejando ver la parte de los tríceps, trae la silueta de una mujer que baja desde la espalda hasta su trasero — Y eso.

Niego sin entender y río — Es la silueta de tu cuerpo, te inspiraste en una foto que tenía en mi celular — ríe encogiéndose de hombros y niego, sí que estaba borracha anoche — Pero me encanta — sonríe y besa la parte del trasero y achico los ojos, Murray tenía que ser.

— Enserio tuvimos sexo salvaje anoche — pregunto y esto parece sorprenderle, pero asiente.

— Si.

— y ¿cuál es la diferencia del normal? — Pregunto, ya que no se mucho sobre este tema.

— Bueno, hay mucha diferencia, normalmente gritas, oh dios mío, pero anoche le gemiste hasta a satanás y todo su ejército.

Responde riendo y mi mandíbula se expande sin poder creerlo y niego, eso tiene que ser mentira — y qué te parece si continuamos con las maldiciones de anoche — habla coqueto perdiéndose en mi cuello, pero alguien toca la puerta matando el acto.

— chicos muévanse — gritan desde fuera y Murray se levanta refunfuñando cosa que me causa gracia, me abajo a tomar un gancho de cabello y sonrío con una maléfica idea.

¡Castigados En La Isla!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora