Sus lágrimas acongojaron mi corazón. Más aún la razón seguía dudado de él. Estaba deshecho, podía ver en sus ojos el dolor y también la rabia por no poder controlar lo que sentía. Me miró y creo que aquella era la primera vez en la que hablábamos sin mentiras de por medio.— Si..., me acerqué a ti para vengarme. Me acerqué a ti porque el dolor me pudo más. Empecé fingiendo amor, pero no se como terminé atrapado en mi mismo engaño. Me negaba aceptarlo pero cada vez te amaba más. No podía con la culpa Alicia, no podía..., me había enamorado de la misma mujer que me causó tanto daño. Quería vengarme, quise destruirte, tu carrera, todo lo que eres pero no pude. Si quería escapar contigo, quería llevarte lejos. — Llorando a mar abierto y apenas pudiendo hablar sin tropezar con los hipos añadió — Pero me creí capaz de escapar contigo y no seguir sintiendo la culpa. No podía, huí..., te dejé, me fui lejos y al hacerlo solo conseguí matarme a mí mismo en vida. No hay día en el que no pensara en ti, ni había día en el que no te extrañara. Hice el intento de odiarte, cuando llamaste, solo quería decirte que te amaba y que lamentaba lo que había hecho. Pero..., pensé que diciéndote todo eso me olvidarías más rápido y yo intentaría hacer lo mismo. No funcionó Alicia. Pensé que Caterina era el amor de mi vida, y resultó que el amor de mi vida eres tú. No concibo mi vida sin ti, me falta el aire cada vez que te tengo lejos y haberte visto con Salvatore no solo me llenó de celos, me hizo ver que te perdí. Se que te hice daño, pero créeme que no he salido bien librado y lo peor de todo es que es mi culpa. Me enamore de ti como nunca lo he hecho, tanto que el accidente de Caterina no me impide poder amarte como lo hago.
— No me amas..., no después de como lo fingiste — Respondí solloza
Alessandro caminó hacia mí y no quería que me tocara porque si lo hacía, perdería la firmeza y me rendiría en sus brazos. No quería mirarlo, pero él buscó que lo hiciera casi regañándome contradijo.
— No vuelvas a decir que no te amo. Por hacerlo es que no puedo dormir en paz. Te amo, te necesito. Necesito que me perdones Alicia.
Su dolor podía sentirlo en mi corazón. Podía sentir sus lágrimas, su arrepentimiento y en sus ojos podía ver sinceridad. Más aún así no lograba convencerme del todo. Derramando lágrimas y buscando no tartamudear y hundirme en mi propio llanto respondí.
— No conocía lo que era ser mujer, mucho menos sabía lo que era que alguien me deseara. Antes de ti, había perdido las esperanzas de ser feliz. Me había resignado a los golpes, a las humillaciones y ser solo una mujer de recipiente. Hasta el masturbarme me hacía sentir pena. Me creía incapaz de gustarle a un hombre y que alguien realmente se enamorara de mi. Te acercaste a mi y te creí sincero, me costó creer que te gustaba pero terminé haciéndolo. Poco a poco me diste alas, fuiste tejiéndolas hasta que me enseñaste a volar alto, me hiciste descubrir un mundo que yo no conocía. Me sentía en las nubes, capaz de enfrentar a Ryan por el amor que te tenía. Alessandro, me convenciste al decirme "te amo" ese fue el día más feliz de mi vida. Por fin sentí que la felicidad había llegado para mi. Te soñaba, no había día en que no pensara en ti. Imagine una familia junto a ti, tener bebes. Que tonta e ilusa fui ¿No? Me elevaste, me hiciste conocer las estrellas, me hiciste asociar la luna con tu rostro, con tu sonrisa. Te encargaste de meterte en mi mente, en mi corazón y ciertamente no puedo sacarte de ahí. Me duele no el que hayas querido vengarte, incluso eso podría entenderlo, el dolor nos hace cometer errores. Pero lo que más me duele es que te dedicaste a sanar mis heridas, a curarme el alma, me curaste el corazón para luego tu mismo romperlo nuevamente. Al final, resultaste peor que Ryan, él me golpea, me humilla y es el ser más miserable del mundo, pero ese es el y siempre ha sido así, en cambio tú..., te vendiste como algo que estás muy lejos de ser. Y entregué todo de mi y al final resultaste ser solo uno más del montón.
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La Teoría Del Perdón
RomanceAlicia no volvió a ser la misma tras leer aquella carta. Había quedado destruída y condenada a regresar a una vida llena de amargura y maltrato. Quería olvidar, pretendía seguir su vida como si Alessandro no hubiera parecido nunca y se había resign...