Llevaba aún el hedor a cigarro recién apagado, una corbata con el nudo algo desajustado y el saco tenía muestras de un día de trabajo arduo para el detective Ayala. Era algo energúmeno y odioso pero era un excelente policía. Llevaba mucho tiempo sin verlo, tanto que el bigote era tres veces más grande y su adicción al cigarrillo era empedernida. Estreché la mano y el correspondiente a mi saludo no tardó en preguntar a qué se debía el que lo citara y hasta cierto punto era lógico. Era buen amigo de la familia pero no había mucho que un detective policial pudiera hacer por Alicia Cariddi o al menos eso creía él.— ¿Gusta algo de tomar?
— ¿No tendrás whisky?
— No cambias, Ayala y no.., no tengo whisky. No puedo estar cerca del alcohol, sería terrible. Pero tengo café.... té...
Menos complacido aceptó el café y después de mandar a la secretaria por el, me senté en el escritorio y no tenía idea de cómo pedirle que me ayudara en lo que tenía en mente. Era muy correcto y sus jugadas no se salían del molde de "legalidad" lo cual hasta cierto punto era perfecto.
— ¿Se puede acusar a una persona sobre un crimen que ocurrió ya hace un año?
El me miró extrañado y sin tener idea de lo que yo pudiera estar hablando. Peinándose el bigote con sus dedos arqueó una ceja curioso.
— Depende, ¿Pero para qué quieres saber eso?
— Quiero, más bien necesito su ayuda. Recuerda el caso que tuviste hace un año que me comentaste que te lo quitaron sin razón.
Asintió con la cabeza.
— El de la mujer embarazada que atropellaron, lo recuerdo.
— Bien, pues creo tener la persona responsable de ese crimen y quiero que de alguna forma sea posible reabrir ese caso.
Entrelazando sus dedos aclaró su garganta. Yo sólo quería que me diera una sola esperanza, que me respondiera que había posibilidades de abrir ese caso nuevamente. Quería ver a Valeria pagando por sus irresponsabilidades aunque significaría que fuera a prision.
— Ese casi nunca se cerró, quedó sin resolver que es distinto. En teoría si se puede continuar con la investigación. Pero es muy difícil conseguir las pruebas para inculpar a alguien Alicia.
Tragué saliva y decidida a jugarme todo con tal de que Ayala aceptara el interceder para que la investigación continuara. Estaba nerviosa, porque diría algo que quizá él mal interpretaría. Pero era eso o seguir cargando con una culpa que no era mía. Era una culpa que había destruido el amor en mi vida pero no estaba dispuesta a que también siguiera destruyendo mi imagen. Las manos me sudaban, no podía dejar de mover los pies y las hormonas también me tenían vuelta al revés.
— El coche que atropelló a esa mujer era mio Ayala. Es largo de explicar, pero Valeria es la responsable de ese crimen. Ese día usó mi coche sin permiso y hasta hace poco me he enterado de lo ocurrido y que mi padre pagó para detener cualquier investigación.
— Alicia pero es muy delicado lo que me cuentas, si es así y el caso vuelve a abrirse serias la primera sospechosa. Además, no entiendo cómo es que quieres incriminar a Valeria, incluso siendo ella responsable, es tu hermana.
Ya no sabía quienes eran mi familia y quienes no lo eran. A veces pensaba que no era de esa familia. Lo sentía en mi corazón pero era más bien el anhelo de creer que no lo eran. Valeria era mi hermana y sin embargo no la toleraba. Lo que pasara con ella me daba igual; pero no pasaría por alto el que me envolviera en sus crímenes. Tenía una carta final guardada en todo aquel enredo. Una carta que sería mortal para Valeria y también para Alessandro Franceschini. No podía odiarlo, tampoco pensaba en venganzas y es que yo era bastante mala haciendo el mal a otros. Pero si bien no creía en venganzas, si creía en el Karma y en la justicia.
ESTÁS LEYENDO
La Teoría Del Perdón
Storie d'amoreAlicia no volvió a ser la misma tras leer aquella carta. Había quedado destruída y condenada a regresar a una vida llena de amargura y maltrato. Quería olvidar, pretendía seguir su vida como si Alessandro no hubiera parecido nunca y se había resign...