Capitulo 17: Surge un nuevo amor

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Pasaron los días y no sabía absolutamente nada de Alessandro. Se había perdido, tal y como lo había prometido. No saber de él me desesperaba, me moría de solo pensar que él pudiera estar con otra mujer o se olvidara de mi. Mi vientre crecía cada vez más y con el, mi miedo a que Ryan pudiera tomar represalias. Estaba muy tranquilo y algo debía de estar tramando. La gente no dejaba de humillarme cada vez que podían y en algunos lugares incluso no me dejaban entrar "reservándose el derecho de admisión" y ya no sabía si estaba tocando fondo o aún me faltaba más. El trabajo era lo único que me ayudaba a relajarme y ya ni eso tenía porque no había clientes suficientes y por ende, trabajo. No tenía a nadie excepto Sandra y Salvatore. Eran los únicos que no me juzgaban y si estaban a mi lado. Estaba desganada, tanto que ya no tenía inspiración para hacer nuevos diseños. Pensaba en Alessandro, y en que podía estar con otra mujer. Fui una imbécil, una idiota al rechazarlo pero es que no puedo evitarlo. No puedo estar con él sin desconfiar y tampoco quiero que esté con otra persona y si, es egoísta de mi parte pero el amor suele ser egoísta en muchas ocasiones. Agarré una revista para buscar entretenerme y solo conseguí joderme más. En la sesión de sociales habían fotografiado a Alessandro con una mujer muy hermosa. La agarraba por la cintura y ambos sonreían aunque ella más animada que él.

"Alessandro Franceschini, ¿Tendría nuevo amor?"

Así se encabezaba el artículo sobre él y la verdad no pude seguir leyendo. Tiré la revista a un lado y quería llorar. Me sentí como una tonta, no debí haber tenido sexo con el, es que ni siquiera lo había perdonado. Esa estupida teoría del perdón no sirvió para nada en mi. Recordaba su traición a cada segundo, a cada momento. Intentaba rescatar algo que no tenía solución.

— Toc, toc, ¿Se puede? — Abrieron la puerta

Levanté la mirada y vi a Salvatore entrar para rápidamente descontrolar mi sistema. No lo amaba, pero si me ponía el corazón a correr. Era extraño, sentía una atracción por el que no lograba discernir. Creo que era más el sentirme protegida lo que me agradaba. Se sentó frente a mí y me preguntó qué me pasaba. Encogí los hombros y necesitando desahogarme contesté.

— No se si deba hablar esto contigo.

— Es sobre Alessandro, ¿cierto?

Asentí con la cabeza

— Soy tu amigo, cuéntame qué ocurre.

— Eres un amigo que está enamorado de mi y eso es incómodo.

— Ya habíamos hablado sobre eso. Por mi no te preocupes.

Estaba nerviosa, no sabía ni cómo comentarle lo que había pasado. No solo porque me daba pena, sino también porque el me atraía y no debía ser porque mi hija estaba de por medio.

— Tuve sexo con Alessandro

Su rostro se tornó incómodo y hasta celoso. Se quedó callado por unos minutos y luego contestó intentando fingir desdén.

— Supongo que están juntos entonces.

Negué con la cabeza.

— No, y creo que jamás podremos estarlo. Fue un impulso, fue..., fue algo que sucedió y luego me arrepentí. Después que estuve con él, me di cuenta que si..., lo amo pero no puedo estar con él. No puedo perdonarlo aunque quisiera. Pensé que podría olvidar, pero cada vez que recuerdo cómo me abandonó, el amor que siento por él se nubla.

Salvatore se acercó a mí y agarrando mis manos me miró y su mirada me hipnotizaba y relajaba. Acarició mi rostro y dijo algo que nunca pensé escuchar en su voz.

— Quizá es una señal, la vida te está mostrando que quizá es hora de creer en un nuevo amor. Uno puro, sincero y honesto. — Sus labios estaban cerca a los míos pero a la distancia perfecta entre darse a desear y jugar con mi confusión. — Sé que dije al principio que me gustabas pero no pretendía nada contigo porque sé que amas a Alessandro. Pero ahora quisiera que eso cambiara.

La Teoría Del Perdón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora