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El tiempo de la cosecha había llegado y las clases se habían suspendido para que los jóvenes pudieran ayudar a sus padres. La familia James Vander Bilt no era la excepción, pero Elizabeth al verse excluida de ese trabajo decidió pedirle ayuda a su abuela para poder entender mejor todo lo que su mamá tanto amaba y también tomar algunas clases de etiqueta que le faltó aprender cuando vivía en el castillo

¿Por qué todos usan libros para pararse mejor?- pregunté a mi abuela mientras trataba de mantener la postura

Es un estrategia heredada de mi abuela y de la abuela de mi abuela- me respondió con una sonrisa mientras me veía desde donde estaba sentada

Ok, ya entendí- le dije con una sonrisa- ¿A qué hora regresan mi papá y mis hermanos?

Todavía falta una hora- dijo viendo el reloj de pared- ¿estás aburrida?

Mi día se basa en libros sobre la cabeza y cuerdas que me pegan a la silla- le dije sacando el libro de mi cabeza- ¿Alguna idea?- le pregunté

Si, tengo una- me dijo dejando su té en la mesa de centro- ¡Dorotea!- llamó a la mujer

Si, señora- llegó Dorotea

Prepara algunos aperitivos- me miró con una sonrisa- iremos a la playa y tú irás con nosotras

¿Enserio?- la miró sorprendida

Claro que sí, eres parte de la familia- le sonrió, Dorotea al oír eso se fue con una sonrisa hacia la cocina- ¿Hace cuánto no vas a la playa?

Hace más de un año- le contesté- ¿no ves lo pálida que estoy?- entre las dos nos reímos

(....)

¡Apuren!- le exclamé a las dos mujeres que iban detrás mío

Señorita Lizzie, más despacio- me dijo Dorotea

La temperatura del agua debe estar perfecta para darse un pequeño remojón- les dije cuando llegué a la orilla y me lancé al agua

¿Trajiste el vestido que te pedí?- le preguntó mi abuela a Dorotea

Si señora- le respondió- tenía razón con decir que haría Elizabeth al llegar

Conozco a mi nieta de pies a cabeza- le dijo

¡Vengan!- les exclamé- el agua tiene la temperatura perfecta

Prefiero la arena por el momento- respondió mi abuela

Yo igual- dijo Dorotea

Ustedes se lo pierden- les dije

Estuve un momento más metida en el agua hasta que decidí ir a sentarme con mi abuela

Ten, Lizzie- Dorotea me dió una toalla para abrigarme

Es hermoso- dije mientras miraba el reflejo del sol el el mar

¿Que cosa?- preguntó mi abuela

El sol- le respondí

¿Cuándo le dirás a tu padre sobre ese papel que tienes escondido en tu mesa de noche de tu escuela de ballet?- preguntó mi abuela

¿Revisaste mi cuarto?- le respondí con otra pregunta

No hizo falta, una noche cuando fui a tu cuarto para cerrar tu ventana que siempre dejas abierta- me miró- vi la hoja del permiso encima de tu mesita de noche

Sabes cómo reaccionó papá con la invitación de la familia real al cumpleaños del príncipe- le dije- no quiere que ninguno de mis hermanos ni yo pisemos ese lugar, tú lo sabes

ELIZABETH | Gilbert Blythe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora