IV

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Al llegar a Charlottetown, los tres bajamos del tren y fuimos camino a la mansión de la señorita Barry

Gracias- le dijo Anne a Gilbert cuando el azabache nos dejó enfrente de la casa de señorita Barry

De nada- respondió Gilbert. Él volteó a verme con una sonrisa en forma de despedida

Te veremos en...- le quise avisar, pero él me interrumpió

En el tren- completó por mí

Anne y yo volteamos al escuchar el sonido de la puerta al abrirse

¡Las extrañé mucho!- Cole salió corriendo para saludarnos

¡Te extrañamos mucho!- exclamamos Anne y yo a la vez

Cole saltó las últimas gradas para poder llegar a nosotras, abrazarnos de la cintura mientras nos elevaba un poco del suelo y darnos una pequeña vuelta

(....)

Después de clases, voy a una galería con mis compañeros y miramos pinturas por mucho tiempo- nos contaba Cole

Yo sonreí, estaba feliz de que Cole por fin haya encontrado su lugar, y con personas que realmente lo entendieran al cien por ciento

Ojalá estuvieran ahí. Ayer...- decía Cole

¡Tía Jo! ¡Rollings!- exclamamos al ver a los adultos

Señoritas Anne y Elizabeth- nos saludó Rollings mientras nosotras abrazábamos a la tía Jo

¡Que maravilla verte!- le dijo Anne

Y a ustedes, queridas- nos sonrió la mujer- ¡Están altas!

El tiempo pasa volando- le sonreí

La señorita Barry rió para luego entrelazar sus brazos con los de nosotras

¿Aún atándote las botas?- le preguntó la mayor a Cole- Nunca conocí a nadie que tarde tanto en salir- nos comentó- Soy vieja y aun así le gano

Creí que habías aprendido a tener paciencia a tus 100 años- le dijo Cole

¿Ven como me trata?- nos preguntó. Anne y yo nos reímos

Intenta que me despidan- dijo Rollings cuando Cole estaba apunto de ponerse su abrigo solo

No puedo acostumbrarme- nos explicó el rubio

Me solté del brazo de la tía Jo al ver que Cole terminó de ponerse su abrigo y Rollings se fue a otro lado. La mujer y Anne se alejaron un poco de nosotros para poder hablar

¿Cómo va tu relación con Eduardo?- me preguntó mi amigo

No sabes cuanto me alegra que no le digas príncipe- le dije con una pequeña sonrisa- Pero bien, todo bien con él, o eso creo

¿Crees?- me preguntó

Quiere que nos casemos- le dije

Era obvio que en algún momento sucedería, Lizzie- respondió- Me sorprende que él haya esperado tanto para pedirte la mano

Todavía no me la ha pedido, pero lo está insinuando- le dije- No sé qué hacer

Sigue a tu corazón- me dijo

Todos me dicen eso, pero ni yo sé que es lo que quiere mi corazón- le comenté

No lo amas- me sonrió entendiendo a lo que quería llegar- Fue lo que te dije el año pasado. Tu corazón no le pertenece a él

No, claro que no- le dije- Quiero estar con Eduardo, lo quiero, y mucho

Querer no es lo mismo que amar, Lizzie- me dijo- Solo te puedo decir que haz lo que creas correcto. Sé que vas a elegir lo mejor para ti

ELIZABETH | Gilbert Blythe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora