XIX

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Estaba en la iglesia, vestida de novia. Eduardo estaba frente a mí con una enorme sonrisa, él estaba muy guapo

Al voltear pude ver a un montón de personas, quienes estaban con una enorme sonrisa mientras veían la ceremonia desde sus asientos

Bueno, habiendo dicho eso, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia- dijo uno de los arzobispos

Eduardo me sonrió antes de alzar mi velo para poder tomar mi rostro entre sus manos y finalmente besarme. Escuché como los invitados empezaban a aplaudir

Al separarme del beso me di con la sorpresa de que no era Eduardo

Gilbert...- susurré al verlo con una sonrisa mientras me miraba

En ese instante me desperté de mi extraño sueño, estaba con la respiración agitada por la sorpresa del sueño

(...)

¿Puedo pedir tu mano en matrimonio? No...- decía Gilbert al aire mientras estaba apoyado en él respaldar de su cama- ¿Me harías el honor de ser mi esposa?

(...)

Después de calmar un poco mi respiración, me levanté y comencé a buscar algo en los cajones de mi mesa de noche

(...)

Gilbert se levantó de su cama para poder ir a abrir su armario

(...)

Yo seguía buscando entre mis cajones y cofres que tenía, esperando encontrar lo que buscaba

(...)

Acá no está- dijo Gilbert- Ay... No

Se quejaba el joven

(...)

¿Dónde puede estar?- me quejé antes de levantarme para buscar entre los cajones de mi tocador

(...)

No...- el peli negro seguía buscando

(...)

Entre los cajones de mi tocador encontré una baúl grande, lo llevé a mi cama con la esperanza de encontrar lo que buscaba ahí

(...)

Gilbert sacó un baúl de su escritorio y comenzó a buscar

(...)

En el baúl había un montón de borradores de discursos o comentarios que hacía sobre la política de algunos países. Seguí buscando hasta que al final de todos los papeles encontré lo que quería, el diccionario que me regaló Gilbert en una Navidad

(...)

Gilbert sacó del baúl una pequeña bolsa de terciopelo roja y de ahí sacó un anillo de compromiso. El peli negro quedó mirando la joya por un buen rato

(...)

No, no haré esto- dije mientras dejaba el diccionario en la mesa de noche

Me quedé sentada viendo a la ventana mientras pensaba un poco

Está bien, si lo haré- volví a decir antes de agarrar el objeto y comenzar a pasar las páginas- Acta, ágil, aguamiel. ¡Ah, anillo!- exclamé en voz baja mientras se me caía el diccionario de las manos terminaba debajo de mi cama

(...)

Gilbert estaba caminando por la habitación con el anillo en la mano hasta que se le cayó y rodó debajo de la cama

(...)

Me agaché para poder tomar el pequeño libro con mi mano

(...)

ELIZABETH | Gilbert Blythe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora